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A las 21 horas, organizadores y participantes se dieron cita en el patio de la Oficina de Turismo, haciendo presencia nuestro señor alcalde, Fernando Priego, y en representación de la delegación de Turismo Juan Ramón Pérez. En dicho patio se inició el recorrido con la explicación de la fuente ornamental del mismo, resto arqueológico de la Edad Media proveniente de una acequia o caz de agua que se encontraba en el molino del Duque, adyacente a la oficina en sí. La explicación de esta fuente corrió a cargo de Javier Muñoz, arquitecto, quien a su vez nos explicó cómo en su día se concibió la actual Oficina de Turismo, proyecto de su propio estudio, una oficina, a nuestro modo de ver, muy cuidada tanto en sus volúmenes como en los materiales empleados que tratan de evitar un posible impacto visual no deseado en una de las ubicaciones patrimoniales más relevantes de Cabra.
A continuación, Rafael Luna Leiva dio comienzo al recorrido por el barrio de la Villa, barrio elegido por constituir el paradigma histórico-artístico de nuestra ciudad, lo cual encaja a la medida con la efemérides celebrada: Día del Turismo. En una u otra medida, el grupo conformado por una cincuentena de amigos, por unos instantes pasaron a ser de ciudadanos a turistas de vienen a descubrir el valor patrimonial en el más amplio sentido del término,
Rafael explicó la importancia de la misma portada de la Oficina de Turismo, de finales del siglo XVI, probablemente la portada civil más antigua de Cabra, y que hasta los años 50 del pasado siglo formó parte de la entrada principal del molino del Duque, luego pasó a formar parte de la entrada más importante del antiguo Ayuntamiento hasta que en los años 70 se instala en su actual ubicación. Esta obra, de marcado carácter herreriano por su sobriedad decorativa, puede inscribirse dentro de las portadas protobarrocas en cuanto que ya viene anunciando algunos elementos propios del movimiento estilístico que se estaba fraguando en el período de su construcción, elementos como las pilastras cajeadas que podemos observar a ambos lados de la portada en sí. Fue mandada a construir por el VII conde de Cabra.
Posteriormente, y situados ya en la calle Mayor, se procedió a hacer algunas referencias urbanísticas tales como dónde se encontraba erigido el primer Ayuntamiento de Cabra, su arquitectura, motivos de su desaparición (estado de abandono), sustitución del solar por un jardín con palmeras, etc. Asismismo, se hizo ver que la antigua Plaza Mayor, hoy popularmente conocida como Plaza Vieja, era la gran plaza del pueblo que en el siglo XVI se hicieron sus trazas y lugar de los grandes acontecimientos sociales y festivos de la Cabra hasta mitad del siglo XIX, momento en que son trasladadas las Casas Consistoriales a la calle de San Martín, entrando en decadencia la que fue hasta entonces la plaza principal de la localidad.
Seguimos nuestro recorrido por el castillo. En su plaza de armas de trató de hacer una reseña de su larga historia, la cual arranca desde el siglo IX según las fuentes escritas. Se habló de sus dimensiones, las diferentes partes de que se componía, sus diversas torres, materiales de construcción y hechos históricos más relevantes acaecidos en el mismo, haciendo ver que es la construcción aún erigida más antigua de la localidad. En la explicación, nos detuvimos más en el elemento arquitectónico más importante y mejor conservado: la Torre del Homenaje.
Ubicándonos en el centro de la plaza de armas, hicimos especial referencia al hito central compuesto por una columna de capitel corintio genovés procedente de una antigua casa solariega del barrio del Cerro, así como de los dos escudos que la coronan. Se trata de los dos escudos más antiguos conservados en Cabra, pertenecieron al tercer y quinto conde de Cabra. Hicimos un recorrido por dichos escudos de armas en los que se reflejan un hecho histórico de especial relevancia: la batalla de Lucena acaecida en 1483, batalla ganada por las tropas cristianas y en las que se hizo prisionero al rey nazarí Boabdil. Reflejo de dicha batalla en los escudos aludidos lo observamos en las 22 banderas confiscadas y que bordean los escudos y la presencia del rey encadenado, elementos heráldicos que fueron un privilegio otorgado por los Reyes Católicos a la casa condal de Cabra.
Dejando atrás el castillo, nos detuvimos en la plaza del conde de Cabra, contamos algo de su historia (se trató en la baja Edad Media en la plaza local más importante, plaza donde se encontraba el primer mercado de que se tenga constancia). Asimismo, se hizo alusión a la arquitectura de dicha la plaza (la portada y compás del antiguo convento de Capuchinos, obra sufragada por el IX conde de Cabra y su esposa doña Mª Teresa Pimentel), la portada neomudéjar del Palacio de las madres franciscanas (probablemente obre del arquitecto belga Luis de Boonner, quien adquirió dicho inmueble a finales del siglo XIX, así como la primitiva portada de la parroquial Asunción y Ángeles).
A continuación nos adentramos en las calles del barrio (calle de la Villa, Merinos y Ana de la Rosa), observando su trazado medieval (calles no rectilíneas o la presencia de azucaques o callejones sin salida, fosilización urbana aún presente en nuestra localidad tanto en este barrio como en el barrio del Cerro). En nuestro recorrido estuvimos presenciando la antigua y nueva arquitectura popular e hicimos referencia a los nombres de las calles, motivo que siempre resulta un tanto sorprendente.
Ya en el corazón del barrio, lo histórico se cogió de la mano con los sentimientos más profundos. Fue Toñi Ruiz Muñoz quien asumió el encargo de explicar al numeroso grupo asistente lo que significó en la vida local la construcción de las primeras viviendas sociales que en su día promovió la vizcondesa de Termens, viviendas construidas a mediados del siglo XX. Nos contó el proceso de su construcción, los problemas que tuvo, los vecinos que residieron en dichas viviendas, elementos destacables de su arquitectura, etc. Asimismo, Toñi nos llevó al pasado de su infancia y juventud narrándonos lugares emblemáticos como la casa donde nació, los juegos que los niños jugaban en los años 60, lo que recordaba del primer cementerio civil de Cabra, luego solar para otras viviendas sociales de gran calado en su día: las casas portátiles, luego convertidas en mirador de la Paz.
Se prosiguió el recorrido por el antiguo adarve o camino de ronda. Se dieron explicaciones históricas: el sentido defensivo de la zona, la observación de las murallas, su historia y conformación, materiales empleados, hallazgos arqueológicos en su última intervención. El concejal que nos acompañaba, Juan Ramón Pérez, hizo una breve e interesante intervención sobre la actuación que se está llevando a cabo en la actualidad en las murallas, concretamente inyecciones de hormigón específico para evitar su derrumbe, problema que viene ya de largo.
Finalizamos el recorrido junto al lienzo de murallas que hay frente a la parroquial de la Asunción y Ángeles, actual plaza de Rubén Darío. Se comentó sobre dicho nombre, la relación literaria del lugar (Juan Valera como "descubridor" del poeta nicaragüense). También se hizo breve reseña patrimonial de la parroquia, destacando su magnífica portada barroca y la torre del campanario, pronto a cumplir su tercer centenario.
Se finalizó la actividad tomando unas copas en el patio-jardín de la Oficina de Turismo, iniciativa del propio Ayuntamiento, lo que nos permitió a todos los presentes poder intercambiar aspectos diversos del recorrido realizado y cómo no, proyectar al futuro otras iniciativas relativas a la promoción y conocimiento del patrimonio de Cabra, siempre tan cerca y, a veces, tan desconocido.
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