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Silva Nigra, una revista nacida en Carcabuey
19.06.14 - Escrito por: Manuel Guerrero
«Desde los principios de la civilización las personas han sentido la necesidad de escribir, pintar, componer música...»; con estas palabras inicia el editorial, y se inicia en sí misma, la revista Silva Nigra, de reciente creación en el corazón de nuestra tierra y del centro de Andalucía, Carcabuey, gracias al Área de Cultura de su Ayuntamiento.
Las citadas palabras, que he tomado prestadas para comenzar este texto también, esbozan sencillamente la base necesaria de la creación cultural: civilización, personas, necesidad. Y en estos tiempos, en el naufragio de la crisis, no hay mejor tabla de salvación que una revista literaria que ha sido creada con conciencia y con buen gusto, como se deja intuir desde la cubierta ejecutada por Araceli Aguilera en la que sitúa al espectador en lo alto de una blanca calle, en un encalado pueblo protegido entre sierras y olivares. No debemos pensar en el tango, «cuesta abajo en mi rodada», sino en adentrarnos en las calles, como metáfora de perdernos en sus páginas.
Entre el contenido literario, merecen un lugar destacado los premios del IX Concurso de Cuento y Relato Corto «Villa de Carcabuey», que recayeron en Antonio J. Sánchez Marín y Álex Julián Marín Arrebola, que abren el contenido literario de la revista. Con el buen espíritu, pues siempre es un acierto, de aunar voces locales, andaluzas y nacionales, la nómina de autores engrandece la calidad de los escritos: microrrelatos como los de Mario Cuenca Sandoval, José Luis Gärtner y Natalia González Navas, relatos de Alejandro López Andrada, Concha Casas Gálvez y Francisco J. Jurado, la prosa lírica de Rosario de Gorostegui, y los poemas de José Puerto Cuenca, Antonio Luque Cañete, Rafael Serrano, Manuel Molina, Yaiza Martínez, Maricruz Garrido y Rafael Pimentel. En la contracubierta, Rosa Mª Ordóñez expone la genial labor de la biblioteca de la localidad. A ellos se suma quien firma este artículo con un poema. En efecto, entre los nombres, algunos son muy conocidos en nuestra tierra. Así, destaco la calidad de los poemas publicados, en especial, siento predilección por «Sobre mí misma» de Maricruz Garrido, una de las almas literarias de Priego, que aquí pareciera identificarse con Silva Nigra:
Abril sería mi sino y la lluvia translúcida abrigaba la calle. Nací ya diferente.
También quiero dejar aquí los muy bien logrados versos de Rafael Pimentel en «Guernica I», valioso ejemplo de la buena poesía de este número:
tengo un dolor en el pecho;
lánguido reflejo de tristeza;
ojos color de mártir;
humo amargo en los ojos;
farolas traspasadas de tiniebla.
Otro de los aspectos más destacados es la presencia de una ilustración o una fotografía en cada página, como descanso de la vista. De ello se encargan, además de los ya citados Araceli Aguilera, Rosa Mª Ordóñez y Rafael Serrano, Antonio Sicilia, Marcos Sánchez y Óscar Muñoz.
Sirvan estas últimas líneas para felicitar a Rafael Pimentel y a los demás miembros de la Redacción por su espléndido trabajo, así como para manifestar mi alegría por esta nueva Silva Nigra, que, paradójicamente, al contrario que las selvas y lo negro, alumbra y esclarece en lo cultural el alma de Carcabuey, que está situada en nuestra tierra y en el corazón de Andalucía. Esperamos ver muchos números.
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