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Adiós a Don José
18.06.14 - Escrito por: Ildefonso Moreno Juliá
Hoy es un día triste para sus familiares, sus amigos, sus compañeros en el sacerdocio y nuestra parroquia, y seguro que también para muchos egabrenses, en particular los feligreses de su querida parroquia de Nuestra Señora de los Remedios de Cabra que regentó durante cincuenta años. Ha sido la última llamada de la Providencia en la que tanto confiaba y aludía, todo le sucedía y acontecía por esa intervención Divina, él mismo lo refleja en su libro "Una vida marcada por la Providencia". Hoy el Padre lo ha llamado de nuevo para seguro tenerlo a su lado y darle el premio y merecido descanso a que durante su larga vida se hizo acreedor.
Hace casi dos años tuve ocasión de dedicarle unas letras en la Eucaristía celebrada con motivo de su noventa cumpleaños, no los aparentaba por sus ganas de vivir y agilidad, no se le podían calcular tantos años, emprendedor y escritor infatigable estaba terminando otro libro. Asistía a nuestra parroquia como sacerdote emérito, y también con asiduidad a la Real Academia de Córdoba de la que era miembro y que por su invitación tuve la ocasión de asistir al discurso de ingreso; también cada mes nos reunía a un puñado de paisanos para dedicar una Eucaristía a la Virgen de la Sierra y pedir por Cabra y los egabrenses que tanto quería. Otra de sus inquietudes era el recuerdo al sacerdote, también de Cabra, Don Antonio Povedano, su querido párroco, le ha dedicado muchas horas y recorrido despachos en pro de promover su causa de beatificación, que ojalá, un día, pueda ser realidad; era también un sacerdote ejemplar y un gran maestro al que sin duda Don José trató de imitar, lo llevó siempre en su memoria.
Don José nos dejó ayer y hoy ya estará gozando de la Providencia que tanto amaba y seguro que le ha dedicado un lugar especial por la continuada presencia en su vida y llevar su mensaje de Amor por todas partes. También por toda España y por Europa con ocasión de los numerosos Santuarios dedicados a la Virgen María que visitó organizando cuantidad de excursiones, también la amó en extremo y siempre la llevó consigo, en particular a su querida Virgen de la Sierra y a Nuestra Señora de la Soledad, de la que fue Hermano Mayor, titular de la ermita que después sería su Parroquia de los Remedios.
Adiós querido Don José, que goce para siempre de la compañía de la Divina Providencia a la que sin duda le habrá llevado la Santísima Virgen, nuestra querida Patrona. Descanse en paz.
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