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El pasado fin de semana tenían lugar dos citas tradicionales del calendario navideño egabrense, los conciertos de estas instituciones musicales que son historia viva de Cabra: la Banda de Música de Cabra y el Centro Filarmónico Egabrense.
El sábado 20, a las 20 horas, lo hacía la banda de música en un teatro El Jardinito que registraba una fantástica entrada, llena de adultos, niños, jóvenes y abuelos que no quisieron perderse un recital que siempre estuvo cargado del propicio ambiente simpático y alegre de estas fechas. Abrió el concierto la banda infantil, bajo la dirección de Juan Antonio Jiménez, que interpretó tres piezas sencillas y acordes a los niños y niñas que son a día de hoy el vivero de la banda adulta: "Rolling Along", "Split Decision" y "Jingle Bells".
Le siguió la banda juvenil bajo la dirección de Carmen Cantero, que dejó entrever los importantes avances de los educandos y que interpretó las selecciones de las bandas sonoras de "Cómo el Grinch robó la Navidad" y "Solo en casa", terminando su parte con tres villancicos populares para los que contaron con la participación entrañable de los alumnos y alumnas de "Música y Movimiento", bajo la dirección de Víctor Herrero, de la propia escuela de la banda: "Navidad, Navidad", "Campana sobre campana" y "Arre borriquito".
En el descanso, se aprovechó para entregar el premio que anualmente concede la banda a uno de sus músicos y que lleva el nombre del recordado "Maestro Rodríguez López". En esta ocasión el premiado fue el clarinetista Víctor Herrero Pareja, veterano músico de la banda con más de veinticinco años dentro de la agrupación. Se dieron formalmente la bienvenida a los nuevos músicos de la banda en este año, intervino el presidente de la institución, Rafael Sabariego, dedicando unas palabras de agradecimiento al respetable, y prosiguió el concierto la banda de música tocando en primer lugar, fuera de programa, una divertida obra llamada "The typewriter" ?la máquina de escribir-, escrita por Leroy Anderson (1950) en la que el percusionista de la banda, Luis León, hizo verdadero alarde de sus virtudes como si fuera el mismísimo taquígrafo del Congreso de los Diputados. Una gran sorpresa para el público que disfrutó con la ejecución vertiginosa de la máquina mientras el director titular Miguel López León desempeñaba su batuta.
La banda acometió la parte oficial del programa, con una plantilla muy bien presentada en todas sus cuerdas que afrontó con solvencia la selección de la ópera americana "Porgy and Bess" (Gershwin), de marcados aires jazzísticos. Le siguió la suite de la banda sonora original de Harry Potter (John Williams) de gran predicamento en la juventud, con la inclusión de temas como el de la lechuza y la amistad, destacando en solos instrumentos como la lira, sexteto de trompetas con trombones y clarinetes en diálogo con flautas, entre otros pasajes. Terminó el concierto con la magnífica obertura "1812" del compositor ruso Tchaikovsky, que deleitó al público con su música tan bien elaborado en la que la banda lució su potencial instrumental navegando por los temas folclóricos rusos que introduce su autor, que compiten con la Marsellesa en un intento de describir en el pentagrama la contienda bélica entre Rusia y Francia que se saldó con la victoria de los rusos, apareciendo en el final de la obra el motivo de la célebre marcha eslava del mismo autor, con su fuerza arrolladora. Como bis, se pudo escuchar un alegre popurrí de villancicos tradicionales que contó con la participación de niños espontáneos del público, cerrando así la banda una noche fantástica en la que dejó buena muestra de su gran nivel artístico.
Al día siguiente, domingo 21 a las 13 horas, en la recoleta iglesia de Ntra. Sra. de los Remedios (vulgo la Soledad) el Centro Filarmónico Egabrense ofrecía su concierto delante de un nutrido y expectante público con sus dos formaciones al completo, la orquesta de cuerda que ostenta justamente el nombre de José Manuel Molina desde que falleciera hace ya dos años, y la coral filarmónica, bajo las direcciones de Manuel Aguilar y Mª José Villatoro respectivamente, y la coordinación artística de José Luis Arroyo.
El recital se dividió en dos bloques diferenciados, con la orquesta como protagonista en el primero y la conjunción con el coro en el segundo. Introdujo el acto el presidente de la entidad, Manuel Molina Jiménez, y abrió la orquesta el concierto con la obra "A tope con John Williams", un popurrí de distintos temas de famosas bandas sonoras escritas por el célebre compositor norteamericano, que era la primera vez que la orquesta la interpretaba gracias a los arreglos de su guitarrista Juan Domingo López Olivencia. A la exigencia de esta partitura le siguió otra importante obra relacionada con la música cinematográfica. Se trata de la selección musical de "Jesucristo Superstar", de Lloyd Webber, también con los arreglos para orquesta de Juan Domingo López, que ya puso sobre el atril por primera vez la orquesta filarmónica en el pasado concierto de San Juan. Lució magnífica la plantilla orquestal desgranando el aire pop-rock de esta preciosa música con un lenguaje progresivo que usa hasta compases irregulares y mezcla distintos géneros, sobre una complejidad rítmica y armónica importante.
El final de esta primera parte instrumental lo protagonizó la "Sinfonía de los Juguetes", pequeño divertimento compuesto por Leopold Mozart (padre de W.A. Mozart) ya conocido en la orquesta en su repertorio, para cuya ocasión se contó con la participación de Juan Calero y sus hijos que tocaron algunos juguetes para poner el timbre y color propios de una obra de estas características.
La segunda parte estuvo dedicada especialmente a los villancicos, incorporándose el coro bajo la batuta de María José Villatoro. Comenzó con un villancico muy conocido en la casa filarmónica, "Faroles de Pascua", popular de Filipinas, con su aire reposado. Continuó con una reciente incorporación, el villancico de la ópera de Albéniz "Pepita Jiménez", que quedó preciosa entre el piano de Manuel Molina ?hijo- y la masa coral. Después le tocó el turno al gran villancico cordobés "El Ruiseñor", una de las mejores obras escritas para Navidad en la música española, sin ningún género de dudas, que bajo rasgos claramente rapsódicos desarrolla distintos temas de una forma magistral, desde el aire de pastoral hasta el allegretto con seguidilla o el bolero. La obra, escrita por Juan Antonio Gómez Navarro (nacido en Lorca ?Murcia-) cuando era maestro de capilla de la Catedral de Córdoba, fue ejecutada muy bien por orquesta y coro y contó con los solos de Loles Villatoro y posteriormente con el dúo formado por ella y Miriam Moreno. Llevaba unos años sin incluirse en el programa navideño y levantó al público que lo recibió con una gran ovación.
El tramo final del concierto contó con villancicos populares, como fueron "Rinrin", con arreglos y armonización de Luis Bedmar, "Niño lindo", popular chileno de ritmo vertiginoso, y cerrando el tradicional egabrense "Vamos allá", que recogiera y armonizara en su tiempo el maestro José Rodríguez López cuando dirigía el cuadro artístico del Centro Filarmónico. Se ponía así el broche de oro en esta cita, coreando el público la letra más conocida del villancico egabrense y cumpliendo, nuevamente, con un concierto donde se respira el ambiente familiar y filarmónico de estas fechas, con el recuerdo de aquellos que hicieron grande a la casa de la música.
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