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Cabra y el Culto a Isis: un Vínculo con los «Illychiniarius»
01.06.25 - Escrito por: Antonio Ramón Jiménez Montes
Nuestra ciudad ha vuelto a captar la atención del mundo académico e histórico con el regreso de una de sus piezas más emblemáticas: la escultura romana del dios Nilo. Este hallazgo, que puede verse ya en el Museo Arqueológico de Cabra tras más de noventa años, no solo es una joya del arte romano, sino también una ventana abierta al complejo entramado religioso y económico de la antigua Igabrum.
La escultura del Nilo en Cabra y las interpretaciones sobre los Illychiniarius reabren un capítulo fascinante en la historia de la Hispania romana. A través del cruce entre arqueología, filología y botánica, se revelan vínculos invisibles entre economía, religión y paisaje que enriquecen el relato de una comunidad que, desde la antigüedad, miraba hacia el Nilo como símbolo de fertilidad, poder y misterio.
La escultura del "Nilo de Igabrum", descubierta en 1934, representa al dios fluvial recostado con una cornucopia y un cocodrilo, elementos que remiten al imaginario nilótico y al culto isíaco. En enero de este año 2025, fue cedida al Museo Arqueológico de Cabra, generando un renovado interés por su interpretación y contexto original.
La inscripción que acompaña a esta escultura ha sido objeto de múltiples interpretaciones. Entre ellas, el trabajo pionero de Juan Gil titulado "Illychiniarius" destaca por su minucioso análisis epigráfico. Gil propuso que el término Illychiniarius hacía referencia a fabricantes de mechas o de elementos relacionados con la luz, una interpretación que se alinea con las prácticas rituales del culto a Isis, como la Lychnapsia.
A esta hipótesis se suma la interpretación más reciente del profesor José Remesal, quien en una conferencia titulada "Del río Nilo a las fuentes de Igabrum", en torno a la celebración del Día de los Museos, propuso que los Illychiniarius podrían haber sido fabricantes de papiro o de mechas a partir de juncos locales, planteamiento que resalta ? según Remesal - la necesidad de un estudio paleobotánico en la zona de hallazgo.
Estas contribuciones enriquecen el trabajo de historiadores como A. T. Fear, quien en su artículo "Isis and Igabrum", argumentó que los Illychiniarii podrían constituir un colegio religioso más que un simple gremio artesanal. La dimensión espiritual y ceremonial de estos actores cobra especial relevancia al considerar la expansión del culto a Isis, presente también en Mérida y Valencia. Otros trabajos de investigadores locales, entre ellos el director del Museo Arqueológico, Antonio Moreno, ponen de manifiesto la importancia de piezas como esta y otras que vinculan cultos mistéricos en la historia de nuestra ciudad.
En este sentido hay que destacar la importancia del regreso del «Nilo de Igabrum» al Museo Arqueológico de Cabra tras 91 años. La cesión ha sido posible gracias a los acuerdos entre el Ayuntamiento de Cabra y el Museo Arqueológico de Córdoba y se exhibirá en Cabra durante cinco años, prorrogables. De esta forma vamos a poder reconectar con un importante símbolo de su patrimonio arqueológico.
Interesa también destacar la propuesta del profesor José Remesal, miembro de la Real Academia de la Historia, que los "Illychiniarii" mencionados en la inscripción de la escultura podrían haber sido fabricantes de papiro o de mechas realizadas con juncos. Esta hipótesis ? que incide en las aportaciones previas de Gil, García Bellido o Segura Arista, sugiere una conexión más profunda entre la economía local y los rituales isíacos, y destaca la necesidad de estudios paleobotánicos en la zona.
A la estatuilla del Nilo, con su inscripción y otra tablilla en la que se habla del culto a Isis y al Nilo en Cabra, se une un pedestal de piedra calcárea que se conserva en el Museo Arqueológico Nacional. Es muy interesante a este respecto, el estudio epigráfico que aportó Noelia Cases en el Boletín Archivo Epigráfico, en 2019. La pieza procedente de nuestra ciudad está datada a comienzos del siglo III d.C . Tiene una inscripción que recoge la ciudadana a quien se dedicó: Flaminia Pale.
Como recoge la doctora Noelia Cases «se trata de un pedestal dedicado a una mujer de la élite de Igabrum por parte de los ciudadanos de la localidad, mencionados como Igabrenses. Debido a sus méritos, el municipio le dedicó una estatua, de la que ella se hizo cargo, tras aceptar el honor».
En la investigación se adentra en la personalidad de una mujer, ciudadana romana de la antigua Igabrum, «ya que presenta nomen y cognomen». El nombre Flaminia es frecuente en Hispania, contabilizándose hasta doce casos. Sin embargo, «Pale es un cognomen de origen griego poco habitual, único en Hispania. De hecho, sólo se ha atestiguado en otra inscripción en Igabrum, que probablemente haga referencia a esta misma ciudadana»
Que fuera «Isiaca Igabrensis» ha sido interpretado como una evidencia de culto a Isis por medio de ella como sacerdotisa, lo que, además, permitiría afirmar que había culto público a Isis y no solo un culto privado o de una simple «devota».
El pedestal fue transformado y se le añadió una inscripción votiva con dedicación a la Pietas Augusta, es decir, una virtud imperial. La investigación de Noelia Cases concluye que «esta transformación nos permite relacionar el culto a Isis con la élite ciudadana y, más en concreto, con la implicación de mujeres en él, puesto que el desempeño de sacerdocios era una de las pocas vías que las mujeres podían emplear para aumentar el prestigio familiar en el ámbito urbano»
La traducción del texto es esta: A la Piedad Augusta, Flaminia Pale, isíaca de Igabrum. El orden de los munícipes del municipio de los Igabrenses, en atención a sus méritos, decretó para ésta la colocación de una estatua, de cuyos gastos se hizo cargo ella tras aceptar el honor.
(Traducción de N. Cases siguiendo a Alvar).
Estas aportaciones permiten confirmar que Cabra fue uno de los pocos municipios hispano-romanos con culto colectivo a Isis. Gracias a estas investigaciones se refuerza la importancia del culto a Isis en la antigua Igabrum, posicionándola junto a Mérida y Valencia como uno de los tres municipios hispano-romanos con culto colectivo a esta deidad. Este reconocimiento subraya la relevancia de Cabra en el contexto comercial y religioso del Imperio Romano uniéndose a la existencia del culto a Mitra y a la pronta presencia del cristianismo en la zona.
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