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En sus páginas, el autor se inspira en su propia vida profesional y vital para hacer un desternillante relato de su oficio y de las vicisitudes por las que puede pasar un profesional del patrimonio histórico. Más si cabe, en el momento en el que se desarrolla la obra. Justo a mediados de los años años ochenta, cuando la estructura administrativa y burocrática tenía un armazón dedicado a la conservación del patrimonio tan difuso como la propia conciencia social sobre la materia.
ALEJANDRO IBÁÑEZ CASTRO, es natural de Bujalance. Licenciado en Geografía e Historia en 1976 en la primera promoción de la UCO, fue Profesor de Departamento de Historia Antigua de la Facultad de Filosofía y Letras (1976-1984) donde realizó su Tesis de Licenciatura sobre Córdoba romana. Desde 1984 trabaja en la Consejería de Cultura de la junta de Andalucía como Arqueólogo Provincial dedicado a la protección, conservación y difusión del Patrimonio Arqueológico de Córdoba y provincia.
Ha realizado cursos sobre dirección de equipos de trabajo, interpretación y presentación de sitios arqueológicos, gestión del Patrimonio Histórico o actuaciones administrativas y penales en defensa del mismo. Ha participado en numerosos congresos, simposios, reuniones científicas, cursos y conferencias relacionados con el Patrimonio Cultural y desde hace más de veinte años se dedica a la interpretación de la Cocina Histórica mediante la práctica activa de la Arqueogastronomía.
Sinopsis del libro:
La llegada de la vidente Estrella Lagunillas a la tranquila pedanía de Los Santos de la Ribera para rescatar un fabuloso tesoro, "de la época en que los reyes llevaban pelucas largas y rubias", alteró el orden público: algunas familias se quedaron sin comer, muchos chiquillos no fueron al colegio y el arqueólogo se vio en la situación de tener que excavar para tratar de bajar la tensión. Concluida la excavación oficial comienza la no autorizada y la Guardia Civil debe intervenir, ya sea salvando a El Malacara de morir ahogado por las falanges de un esqueleto romano que se había tragado o impidiendo que los jóvenes de la pedanía excavasen furtivamente a cambio de los favores de la fogosa Estrellita en el puente de La Ahorcada donde, a veces, la aparición de una esposa casquivana en picardías actuaba como inhibidora de embarazos no deseados. Al mismo tiempo, por la Venta Fresnadillo, donde se ha instalado el centro de información, entre jugosos y potentes platos, aparecen todo tipo de personajes como Pedro, un falso mudo y con un negro pasado cuyas gallinas ponen huevos verdes. Sansipiés...
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