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Se trata de un cambio de horario cuyo principal objetivo es, sobre todo, el ahorro de energía. De esta manera, se intenta aprovechar mejor la energía diurna. No obstante, hay algunas fuentes que no están muy de acuerdo con este cambio y ponen en duda su efectividad, mientras destacan los problemas que pueden causar en las personas y los animales.
Este horario, que consiste en ir 2 horas por delante del GMT (horario medio de Greenwich) se mantendrá en Europa hasta el último fin de semana de octubre, cuando volverá a entrar el horario de invierno, que se corresponde con 1 hora más que el GMT. Por lo que respeta a España, el ahorro en iluminación en el sector doméstico por el cambio de hora durante los meses que tiene efecto; es decir, desde final de marzo hasta final de octubre, puede representar un 5%.
Pero también hay quién piensa que este horario no favorece ni ahorra. Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles ha vuelto a manifestar su oposición al cambio de hora de este fin de semana, ya que, a su juicio, esta medida perjudica a la sociedad al tiempo que defienden que continuar con el horario actual supone regresar al meridiano de Greenwich a un "coste cero".
"Vamos a seguir pidiendo que no cambie el horario porque es bueno para todos y porque realmente tiene un coste cero", ha asegurado Belén Ferrer, de la Junta directiva de ARHOE, en declaraciones a Europa Press. Según la asociación, de no producirse el cambio, se lograría que España volviera a regirse por el huso horario que le corresponde por situación geográfica, el del meridiano de Greenwich.
El final de la Semana Santa coincide con este cambio de horario de manera que el Domingo de Resurrección amanecerá y anochecerá más tarde, después de haber tenido una hora menos de sueño y teniendo que adaptarnos para presenciar la procesión del Resucitado que pone punto final a la Semana Santa 2016.
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