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Esos segundos de gloria
Tras la Coronación Pontificia, el patrimonio de nuestro pueblo se habrá acrecentado de forma considerable. Un nuevo manto, realizado por el mejor de los bordadores y una nueva corona, salida del cincel de los mejores orfebres de la tierra nuestra de Andalucía, enriquecerán nuestro legado artístico. También una saya, corpiño y vestido para el Niño, realizados en tisú de oro en tono verde, bordados, diseñados y donados por Mª Carmen Moreno Castro, que estrenó en su estancia en la parroquia de los Remedios; una enagua de lino bordada y donada por Mari Celi Rodriguez Carmona y una banda conmemorativa de la Coronación donada por José Luis Osuna y bordada por Mª Carmen Moreno Castro. Pero no es este patrimonio al que me refiero. Me refiero a aquel tesoro que queda plasmado en cada uno de nosotros en forma de recuerdo. Esa pequeña anécdota que no ha pasado desapercibida, esa circunstancia que solo un acto como el que estamos viviendo es capaz de hacer florecer. Me refiero a esos pequeños instantes en que, junto al paso de Nuestra Señora, nos hemos sentido unos seres privilegiados por estar junto a Ella. El transcurrir por cada calle daría pie a pregonar durante varios días la magia de esta primavera, por lo que nunca estará de más recordar aquellos elementos que, junto a la Divina Serrana, participaron en hacerme pasar esos segundos de Gloria inolvidables.
Balcones
El balcón y la cancela siempre fueron compañeras inseparables de nuestras vidas. Casi todos hemos crecido al amparo de sus rejas, desde las que veíamos, ya desde pequeños, un mundo nuevo más allá de nuestro hogar y que, intuíamos, pronto conoceríamos mejor. Con la Coronación Pontificia de María Santísima de la Sierra, nuestros queridos balcones han vivido la etapa dorada de su existencia. Vestidos de la mejor gala, han sido un excelente soporte de nuestra fe en cada uno de los traslados. Desde muchos balcones de Cabra se ha llorado al paso de Nuestra Madre, se le ha cantado, y rezado, se le han arrojado pétalos de forma irrepetible, se le ha vitoreado y desde algunos, muchos de nuestros mayores se despidieron para siempre de nuestra Patrona sabedores de que pocas veces más iban a poder verla tan de cerca, tan cerca de su casa como en estos días. Balcones que han sustentado una devoción y que en muchas casas se han convertido en el pilar más fuerte de sus cimientos, el pilar en el que se apoyaron tantas ilusiones. ¿Cuánta gente habrá temblado, Reina mía, al verte pasar, desde su balcón, tan cerquita de su hogar?
Miradas
¿Hay alguna mirada en Cabra que refleje más claridad y esperanza que la de nuestra Madre Maria Santísima de la Sierra? Pues sí, que se lo digo yo que no hay una, sino miles. O, ¿acaso no han visto ustedes las miradas de tanta y tanta gente al paso de Nuestra Señora? Hemos hablado de balcones, ¿vieron las miradas que allí había?. ¿No reflejaban esas caras la ilusión de toda una vida esperando presenciar que la Reina de la Montana fuera por un momento la Reina de la calle Nueva, o Río, o Juan Valera, o Muñiz Terrones, o Romero Merchán, o Blas Infante...? Y el mejor argumento para que esas miradas rebosaran felicidad eras Tú, Madre.
Coronación
Quizás este planteamiento sea osado, pero temeridades más altas se han visto apoyadas en este pueblo. ¡Qué bonito sería, descubrir en este mes de septiembre, una placa que recordara para siempre, en el callejero de nuestro pueblo, el acto de la Coronación Pontificia!. Podrán decir los puristas lo que les venga en gana, pero jamás hubo un movimiento social de tanta índole en nuestra ciudad, por lo que debería quedar constancia del mismo. Una calle, una plaza, una avenida o hasta una Ciudad Deportiva que a partir de entonces pudiera llamarse oficialmente "de la Coronación" sería rubricar con letras de oro (y a poder ser, de caliza, como los mejores letreros de nuestras calles lo que la visita extraordinaria de Nuestra Patrona está suponiendo a todos los niveles en Cabra.
Agrupación General de Hermandades y Cofradías
Es muy fácil hablar desde la tribuna de un periódico, más aún si se habla desde lo gratuito del anonimato, que si bien cubre nuestras espaldas, arruina éticamente todas nuestras pretensiones. Es fácil hablar, por eso hablo y por eso les comento que me parece totalmente lamentable la actuación de nuestra Agrupación General de Hermandades y Cofradías con motivo de la Coronacion Pontificia de Nuestra Señora. No han hecho nada. Conozco hermandades que, individualmente, han aportado más que ellos. Podría haber promovido muchisimas iniciativas que hubieran enriquecido sobremanera esta Coronación. Podría haber puesto de acuerdo a las cofradías y haber realizado un regalo conjunto, como regalarle la corona al Niño, pagar una buena banda para los traslados, pagar una cantidad importante de la Bolsa de Caridad. Pero nada señores, nada. No han sido ni por organizar una misa cuando la Virgen estaba en Santo Domingo de Guzmán, sede de la Agrupación. Lo dicho, lamentable.
¡Una invitación por favor!
Los primeros días del reparto de entradas sobrepasaron todas las expectativas de los que nos quedamos encargados del mismo. 3000 entradas en tres días hace una idea del interés del pueblo en acudir a esta Coronación Pontificia. Nos han llegado faxes y fotocopias con los DNI de Sevilla, Granada, Jaén, Asturias, León, Madrid, Valencia, Santiago de Compostela, hasta de Inglaterra, y de tantos otros lugares que al menos yo me atrevo a confirmar que el día 4 será el día de los "Hijos de Cabra", el día en que tanta gente que en su momento tuvo que decirle adiós a su vida egabrense diaria, volverá para ver en lo más alto a su Señora, a la que siempre fue su Madre, como dijo aquél al que, al recoger su entrada se le preguntó si era hermano de la Virgen de la Sierra, y contestó, "fui y seré por siempre su Hijo".
Y llega el broche final
Después de tantos avatares, ya está aquí la deseada Coronación Pontificia, acto que supondrá un broche final de auténtico lujo para todos los que, desde aquella romería de Votos y Promesas en el que se anunció la realización del mismo, hemos seguido con gran ilusión cada movimiento de la Archicofradía en pos de su consecución. Aunque quizás más que el broche final, deberíamos llamar a este día 4 de junio como el primer día de otro bonito camino que empezamos ahora a recorrer. Que así sea.
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