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"Cartilla agraria, o sea la práctica de la agricultura y de la ganadería", dispuesta por el coronel José Espinosa (Madrid, 1822)
15.11.15 - Escrito por: Biblioteca histórica Aguilar y Eslava
 La "Cartilla agraria", nuestro Libro de la Semana, subtitulada "La práctica de la agricultura y de la ganadería, según los autores más clásicos de estos tiempos", editada en el año 1822, está dispuesta por el coronel D. José Espinosa. El fin de la obra no es otro que el de reunir en un tomo los principales conocimientos agrarios que pueden adquirirse con el prolongado estudio de los autores antiguos y modernos, al objeto de perfeccionar la agricultura.
En este tratado breve y elemental sobre la agricultura y la ganadería el labrador, que no puede asistir ni mandar a sus hijos a las aulas en las que se enseña, encontrará todos los conocimientos necesarios para cultivar bien y sacar de sus tierras el mejor partido posible; así se comenta en el discurso preliminar del volumen.
En la investigación hemos localizado el dictamen que sobre la Cartilla se llevó a la sesión extraordinaria de la noche del 25 de junio de 1821 a las Cortes, y que fue aprobado. En el punto 3.º se dice que "La Comisión de agricultura ha visto con toda detención la Cartilla agraria que presentó a las Cortes su autor don José Espinosa de los Monteros, coronel comandante de batallón, en 21 de abril de este año [...] suplicándoles que si la consideran útil para la benemérita clase agricultora, y aceptan este servicio, lo recomienden al Gobierno a fin de que pueda efectuar su impresión". También solicita el señor Espinosa de los Monteros que le den en propiedad alguna porción de terreno baldío donde pueda plantear el cultivo que propone.
La Comisión, en su informe, elogia el trabajo de la Cartilla agraria, que "se ha llevado con método, concisión y claridad los preceptos de la ciencia agraria establecidos por los mejores autores que han escrito de ella", creyendo que su publicación "será de la mayor utilidad y podrá causar una feliz revolución en nuestra agricultura, que nota un paso adelante en la mayor parte de las provincias, a pesar de los muchos libros buenos que se han escrito sobre esta materia en castellano", aludiendo en su exposición que la mayoría de los libros publicados muchos están fuera del alcance "de las facultades del pobre labrador por su mucho costo, y por su extensión no tiene tiempo ni paciencia para leerlos". De ahí las razones para que el Congreso dictamine a favor de la Cartilla agraria, recibiendo el libro en su biblioteca y también recomendando el autor al Gobierno para su divulgación, al mismo tiempo "que le mande dar una porción de terreno en los baldíos del pueblo en que fije su residencia, no solo para que plante en él su nuevo cultivo, sino porque ha entendido la Comisión haberse inutilizado en el servicio y hallarse en el caso de poder pedir su retiro". Esta recomendación del terreno lo sería en base a una justa ampliación de lo dispuesto en el artículo 9 de decreto de 4 de enero de 1813. Un artículo referido a la enajenación y distribución de terrenos baldíos y que trata del repartimiento de esta clase de terrenos. Desconocemos cómo se hizo realidad la última petición del acuerdo.
Volviendo al discurso preliminar, se comenta que el recopilador, Espinosa de los Monteros, nada ha omitido de lo que puede ser conducente al logro del fin que se propone, y que "ha hecho las correcciones y adiciones que han creído necesarias los sujetos que han tenido la bondad de examinarla, añadiendo: "para que nunca se crea que quiere apropiarse los trabajos ajenos defraudándolos a sus legítimos dueños, confiesa con noble franqueza que todo lo ha extraído de las lecciones de agricultura explicadas por Arias, según la edición del año 1818; del curso de agricultura de Quinto, impreso en el mismo año; de la agricultura general de Herrera, adicionada por la sociedad económica matritense en 1818; de la traducción castellana del diccionario de Rozier por Álvarez Guerra; del Amante de los labradores, escrito por el P. Blasco; del tratado de Huertas de Boutelou; del Compendio sobre los árboles, por Golobardas; de los cuadernos de agricultura y artes que se publicaban mensualmente en Barcelona; y del semanario de agricultura y artes que se publicaba en Madrid anterior al año 1808: de cuyas obras puede valerse el que quiera enterarse más por menor del cultivo de los campos".
La Cartilla agraria se estructura en tres partes, dividida cada una en diversas secciones. En la PRIMERA PARTE, la sección primera está dedicada al conocimiento del clima con relación a la agricultura; la segunda, al conocimiento de las tierras laborables; la tercera, se refiere a la necesidad de tener agua para el cultivo y modo de buscarla; la cuarta es sobre la posición de la casa de campo, distribución de ella y de todo el terreno; la quinta, sobre abonos; la sexta, sobre la clasificación de simientes y en particular sobre los cereales; la séptima, sobre las plantas leguminosas: la octava, sobre las raíces perpendiculares y tuberosas; la novena, sobre los textiles: la décima se dedica a las plantas tintóreas que sirven para las artes y de otras para el consumo; la undécima, sobre los prados y plantas gramíneas, y la duodécima sobre la alternativa de cosechas. Hay una adición a la primera parte que es un complemento para el tratado de huertas.
En la SEGUNDA PARTE se diserta de los ganados e insectos. La sección primera habla de los animales de trabajo; la segunda, sobre los animales sedentarios que se crían por sus carnes o lanas; la tercera, sobre las aves y la cuarta, sobre los insectos.
En la TERCERA PARTE se alude a los árboles. La sección primera la forma una serie de preguntas que encuentran la correspondiente repuesta: ¿En cuántas clases se dividen los árboles?, ¿De qué modo se hace la multiplicación ovípara o por simiente?, ¿Cómo se hace la multiplicación vivípara?, etc.; la segunda, sobre injertos; la tercera, sobre la poda; la cuarta, sobre las enfermedades de los árboles; la quinta, sobre los árboles que mejor prueban en climas húmedos; la sexta, de los árboles que pueden criarse en climas frescos; la séptima, de los árboles que prueban en los climas secos y la octava, sobre los árboles que prueban mejor en climas cálidos.
Son 416 páginas que consideramos muy interesantes, advirtiéndose: "que si en esta Cartilla se propone algún cultivo desconocido en España, o algunas reglas para que el ganado vacuno sea más útil, nada es nuevo, pues está en práctica con muchas ventajas en otras naciones".
BIBLIOTECA HISTÓRICA AGUILAR Y ESLAVA
Libro de la Semana:
Espinosa, José.
Cartilla agraria, o sea La práctica de la agricultura y de la ganaderia, según los autores más clásicos de estos tiempos / dispuesta por el coronel José Espinosa.-- Madrid : [s.n.], 1822 (Leon Amarita)
416 p., [1] h. de lám. ; 21,00 x 16,00 cm
Enc. cart. forrado de cuero
Cortes pintados en rojo
Materia/género: Agricultura. Ganadería.
Lugar: España -- Madrid
Sig. Top.: 3338
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