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D. ANTONIO PASTOR Y LA FUENTE DE LA PLACETA
26.08.09 - Escrito por: A.R.J.M.
 La Plaza de San Agustín, conocida popularmente como “la Placeta” es uno de los lugares más pintorescos de nuestra ciudad. Confluyen en ella el tramo de la calle Priego conocido como Arrecife, la calle del Río, la de la Fuente y la calle Dionisio Alcalá Galiano. Está flanqueada por el Monasterio de Agustinas Recoletas, situado en las que fueran casas de d. Luis Aguilar y Eslava y donde inicialmente iba a construirse el Colegio de la Purísima que fundó tan ilustre egabrense. La Placeta tiene el nombre de San Agustín, cuya fiesta se celebra el 28 de agosto.
En la Placeta hay una fuente, conocida como Fuente de Cadenas, rodeada de árboles y un pequeño jardín. Se desconoce el autor de la Fuente y los orígenes de la misma. Pudo haberse realizado a finales del siglo XIX, siendo restaurada en el siglo XX. La Placeta conserva unos marmolillos o pilares enlazados por cadenas de hierro, que fueron recuperados tras una reciente restauración del entorno pero que se encontraban en la plaza desde antiguo. Quizá sea ese el origen del nombre de la Fuente “de cadenas”.
La fuente tiene una planta de ocho arcos de círculo contiguos unos a otros y en el centro se alza un hermoso pilón de forma poligonal, con ocho lados, que se ensancha en la parte superior, nivel del que salen cuatro caños que abastecen la fuente. El material en que está realizada es de caliza de nuestras canteras, una caliza marmórea finamente cristalina, impropiamente se llama a esta caliza mármol, ya que se puede labrar y pulir. Observamos en la fuente que la caliza utilizada combina la piedra pulida con la tosca o sin pulir.
El lugar es uno de los rincones egabrenses que menos ha cambiado en más de un siglo, pues salvo el desplazamiento de la fuente, se conservan las proporciones de la plaza y sobre todo, el edificio de las Agustinas. Las vistas del campanario de la Asunción, al fondo de la Calle Bachiller León, conservan, básicamente, el aspecto que a lo largo del tiempo ha caracterizado este lugar. Una placeta que es testigo mudo del acontecer diario de otros tiempos, en el que fuentes como ésta, solían ser tradicionales lugares de encuentro del vecindario, tanto para su aprovisionamiento de agua, como para las plácidas tertulias que, aún hoy, pueden disfrutarse gracias a la presencia de veladores y servicio de bar.
Las mejoras realizadas dentro del programa “Rincones Egabrenses” que llevó a cabo hace algunos años el Ayuntamiento, han vuelto a recuperar este entorno, consiguiendo mantener su sabor y singularidad.
El estado actual, no obstante, procede de la restauración que se llevó a cabo en los años 40 del siglo pasado cuando la fuente se desplazó de la calle Dionisio Alcalá Galiano, hasta el lugar que ocupa. Los trabajos de restauración y limpieza fueron realizados entonces por un destacado maestro de la piedra o marmolista, de los que tan buenos profesionales tenemos y hemos tenido en nuestra ciudad. Se trata de D. Antonio Pastor Piedra, quién realizó numerosos trabajos con su delicada maestría y con la fineza de su trabajo, cinceló la piedra para crear vistosos trabajos que hoy nos gustaría recordar.
La fuente del Instituto, la del Círculo de la Amistad, la de la Plaza Vieja o la del antiguo “Chilliíto” en el Paseo; bancos de caliza de muchas de nuestras plazas; los trabajos de mármol en el camarín de la Virgen de la Sierra, que costeó la Vizcondesa de Termens; el primer mirador que hubo en la Sierra; panteones en el Cementerio; la primitiva fuente del Poeta Pedro Iglesias, la base del monumento a Valera en el Paseo; zócalos, escaleras, piletas y variados trabajos en mármol y caliza; arreglos en piedras de los molinos de aceite que funcionaban en nuestra ciudad; son una muestra del intenso y eficaz trabajo que realizó como marmolista durante todo el siglo XX. Realizó también trabajos fuera de Cabra, destacando varias labores en la Fuente del Rey de Priego o en la fachada del edificio del Banco de España en Granada. Nacido en 1894, falleció a los 83 años, manteniendo hasta sus últimos días, sus tertulias en el Círculo de la Amistad, que visitaba diariamente.
Gracias a la información y fotografías que nos ha facilitado su familia, especialmente su bisnieto Jaime Castro Peña, hoy podemos recuperar algunas de las fotos del trabajo que realizó y dirigió en el año 1942 en la fuente de Cadenas de la Placeta de San Agustín. Se cambió la ubicación de la fuente y se rodeó de algunos jardines y bancos, también realizados por Pastor, como era conocido popularmente.
Sus trabajos en cantería y mármoles de nuestras canteras, quedan ya para la historia y el arte de nuestra ciudad, conformando un buen número de obras, algunas desconocidas, pero que en estas fechas cercanas al día de San Agustín, Fundador de la Orden Agustina, mostramos a los lectores de LA OPINIÓN en las vísperas de las Fiestas de la Virgen de la Sierra.
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