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Yo quiero a mi pueblo de aquel 4 de junio
04.06.10 - Escrito por: José M. Jiménez Migueles
Un pueblo que bajo los acordes de la historia entonó la partitura serrana que todos aprendemos sin saber cuándo. Un pueblo que supo corresponder al esfuerzo de aquellos mayores que depositaron en una bandera y en un himno los principales argumentos de una tradición que no sólo perdura sino que, al contrario, cada día que pasa se engrandece aún más gracias a que es una de esas pervivencias que erizan el vello, que anudan la garganta, que humedecen la mirada. Un pueblo que cedió alcaldía al único símbolo capaz de aunar voluntades en esta tierra de la sierra. Un pueblo que se vistió de gala para honrar a quien más lo honra. Un pueblo que se vistió de ciudad para agasajar a su más ilustre vecina. Una vecina ataviada de Reina que lucía mejor que nunca, pues nunca jamás más y mejor se vio acompañada por todos aquellos que le debían un favor, por los que la seguían con fervor, por los muchos que sintieron temblar los cimientos del pueblo al rugir de un tambor fernandino que anunciaba, gozoso, que tantos y tantos siglos la coronaban.
No se coronó un palo de madera. Ni se vistió de oro la imagen de una santa. Ni se hizo un teatro en un campo de fútbol. Aquel día, mi pueblo certificó que la devoción hacia la imagen de María Santísima de la Sierra era el ineludible nexo de unión entre tantas y tantas generaciones. Aquel día, mi pueblo confirmó que sólo cede la rodilla ante un reino, el que conforma mi Virgen de la Sierra cada día cuatro, con la coloreada bandera como estandarte, las aclamadas coplas como himno y la corona como justificante popular de quien queremos que gobierne nuestras almas, que para los designios ya tenemos otros cauces. Ese día, mi pueblo dio la razón a Gabriela Mistral cuando afirmara que “la patria es la infancia, el cielo, el suelo y la atmósfera de mi infancia”. No hay en Cabra más patria que un día 3 de septiembre, cuando nos arremolinamos en torno a una bandera. No hay en Cabra más patria que un día 8 de septiembre, cuando entonamos las Coplas a la Virgen. No hay en Cabra más patria que un 4 de septiembre, cuando Cabra se viste de flor y de arte para recibir a su gitana.
Y eso, qué bonito, lo confirmó mi pueblo un 4 de junio de hace ya cinco años.
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