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La Fotografía: "Una manera de mirar"
16.07.10 - Escrito por: María José Carmona
Nuestra paisana Maria José Carmona, periodista en Radio Nacional de España en Sevilla, viene ofreciéndonos desde hace algunos años, su pasión por la fotografía a la que se ha aficcionado para ser casi una profesional del tema. En esta ocasión, a la par que ofrece una exposición de sus obras en Sevilla, recogemos su colaboración en la Revista digital Soy Mujer, donde nos muestra su visión, en clave de mujer, de la fotografía.
“Todas tenemos una manera de mirar y es bonito que los demás puedan ver a través de nosotras.”
Para mí la fotografía es una manera de mirar. Pero también, de alguna forma, es una manera de hablar. Porque con mis imágenes, a veces incluso sin poner intención, siempre suelo contar algo. Esto, por supuesto, lo tengo en común con la mayoría de quienes practican este arte, ya sea de manera profesional o amateur (mi caso).
No sé bien si fue la fotografía la que me encontró a mí o al revés. El caso es que, en un momento muy difícil de mi vida, nos cruzamos. Y hasta hoy. Empecé primero manipulando imágenes que bajaba de Internet. Jugando con los programas de edición digital y un buen día me dije que por qué no hacerlo con mis propias fotos, ya que tenía bastantes. Digitalicé algunas de esas imágenes que guardaba en cajas y empecé a revelar los carretes en CD. Así, en 2005, una amiga me habló de www.flickr.com y al principio no le hice mucho caso, ya que yo pensaba que lo que yo hacía no podía interesarle a nadie, por eso no veía útil publicar mis “juegos” en Internet. Pero pasaron unos meses y me hice de una camarita compacta digital que se convirtió en mi compañera. La llevaba a todos lados y me di cuenta de algo que aún hoy sigue pasándome: no sólo miro, sino que compongo y encuadro. Un año más tarde llegó mi primera réflex digital y seguí – y sigo- aprendiendo. Poco a poco, intentado mil veces y mil más si es necesario hasta lograr lo que quiero. Otras, sin embargo, me encuentro con lo que busco casi por casualidad. Y es que soy muy indisciplinada (algo que lamento con frecuencia) y no llevo bien lo de mirar manuales, tutoriales… Lo mío fue, y sigue siendo, la técnica de “ensayo y error” y, por supuesto, la ayuda de los amigos. Allá por 2006 -a través de flickr- conocí a varios compañeros y compañeras con los que formé un grupo para salir a hacer fotos. Es, sin duda,la mejor manera de aprender. Al menos para mí. Los unos a los otros nos ayudábamos e intentábamos resolver nuestras dudas. Si alguien probaba una técnica nueva, se lo contaba al grupo y así íbamos ensayando y aprendiendo y luego cada cual, solía aplicar su estilo.
Y estas salidas en grupo, además de ayudarme a aprender, también me han servido para confirmar algo que ya llevaba tiempo imaginando, y es que las mujeres “miramos” de otra manera. No siempre acierto, la verdad, pero con el tiempo he ido adivinando –ya digo que no en todas las ocasiones- cuándo una foto está hecha por una mujer. Las mujeres –por lo general- suelen escapar más de las reglas, de las técnicas, de seguir a pies juntillas las normas establecidas y se dejan llevar más por la intuición, tanto a la hora de hacer un encuadre, una composición, como del trabajo posterior de edición. La línea femenina más habitual en la fotografía (no sé si igual en otras artes) es: “Hago esto así porque me gusta” y no “hago esto así porque es como hay que hacerlo”. Pero, insisto, estoy generalizando. Además, las normas hay que conocerlas para poder saltárselas. Al menos eso creo yo.
En cuanto a las técnicas que más me gustan, decir que como me siento más cómoda es haciendo retratos y, por supuesto, contraluces. Esto último a ser posible en la playa. Disfruto mucho “cazando” siluetas en un atardecer, así como usando filtros para dar un color característico de ocasos y amaneceres.
Para terminar, os muestro un par de fotos. La primera la traigo no por ser el “robado”, una técnica que practique con asiduidad, sino porque, hasta ahora, creo que es mi mejor trabajo por varias razones. Los colores son tal cual, ya que había una luz de atardecer que quedó limpísima después de una buena tormenta. Además, esa era “la foto” ya que la situación en la que me encontraba no me permitía más disparos a ese señor que la casualidad quiso que se me cruzara en el momento oportuno.
La otra foto es uno de esos atardeceres de los que hablaba y es especial para mí porque la silueta no es de alguien desconocido –como suele ocurrirme en este tipo de disparos- sino de mi sobrino, Iván, al que adoro, y está hecha al casi final ya de un día de esos para recordar.
Si alguna se anima y quiere dar el paso para entrar en este mundo tan especial, aquí la estaré esperando. Todas tenemos “una manera de mirar”, y es bonito que los demás puedan ver a través de nosotras.
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