|
Enrique Iniesta Coullaut-Valera, escolapio
06.08.10 - Escrito por: Juan José Primo Jurado
El pasado 4 de agosto, la iglesia del Colegio de los Escolapios de Granada recibió las cenizas del padre Enrique Iniesta Coullaut-Valera, fallecido el 31 de julio en la residencia escolapia de Pamplona, a los 80 años de edad y tras una larga enfermedad. Sacerdote, licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Complutense, maestro, profesor del Colegio de los Escolapios granadino y vicepresidente del Centro de Estudios Históricos de Andalucía, es considerado el gran investigador y biógrafo de Blas Infante.
Nacido en Madrid pronto vino a Andalucía, de donde era toda su sangre. Su familia provenía de Marchena, era nieto del escultor sevillano Lorenzo Coullaut Valera —autor de las estatuas de Osio y del Corazón de Jesús en Córdoba— y sobrino del escritor egabrense Juan Valera. A Granada llega en 1958, como profesor de Historia y Cultura Andaluza, y se entrega a la ciudad, donde residirá en dos etapas, con el intermedio de la parroquia del Carmen de Sevilla. En Granada fue pregonero de la Semana Santa de 1997, recordando aún los cofrades su descriptiva frase «¡Los santos a la calle!».
Junto a la religiosidad popular cultivó la pastoral juvenil, siendo director de Ediciones Juveniles de PPC, y la presencia en los medios de comunicación. Publicó artículos en ABC, Razón y Fe, Revista Calasancia, El País, El Correo de Andalucía, Ideal y Tierras del Sur, entre otros. También destacó en el mundo de las publicaciones de libros: en Sevilla fundó la librería El Toro Suelto, especializada en libros de temática andaluza, y de Iniesta son muchas voces de la Gran Enciclopedia de Andalucía.
El sacerdocio, la enseñanza y Andalucía fueron sus grandes amores y en 1977 comenzó a consagrarse a la investigación de la figura de Blas Infante, Padre de la Patria Andaluza. Ha publicado su vida en tres volúmenes, el último, aparecido en 2007 y editado por Almuzara, lleva por título «Blas Infante. Los últimos años». Paralelamente se dedicó a reunir el mayor archivo documental y de objetos referidos a Blas Infante que existe y lo expuso y abrió a público e investigadores en su colegio de Granada.
Cuando yo era profesor de Instituto llevaba a mis alumnos a Granada y entre las visitas fijas estaba la de ese archivo. Siempre nos recibía con ilusión Enrique Iniesta y explicaba la figura de un personaje que, con perfiles discutibles, es innegable luchó por la dignidad andaluza y lideró en los años treinta del pasado siglo nuestro derecho a la autonomía dentro de España. Tanta era la ilusión y sencillez de Enrique, que se ponía al órgano para cantarnos el «Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal», canción de jornaleros conocida por Infante en Cantillana y cuya música empleó para el Himno de Andalucía.
Como los sacerdotes que viven en la frontera de lo civil y lo eclesiástico, Enrique Iniesta fue más reconocido en el ámbito primero que por la jerarquía eclesiástica. Diploma de la Ciudad de Granada, Hijo Predilecto de la Provincia de Sevilla, Premio Almenara a los Valores Andaluces, fueron sus premios, al que esperamos se una el de Hijo Predilecto de Andalucía a título póstumo.
|
|
|
|
|
|