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“DICHOSO MES…
06.11.10 DESDE LOS MIRADORES - Escrito por: Rafael Valentín Villar-Moreno
que empieza con los Santos y termina con San Andrés”. Así se refiere el dicho popular a Noviembre, mes antipático donde los haya. De golpe y porrazo se nos cierra el verano y sus licencias…, laborales, de trasnoche, de remojos varios, de vivir la calle, etc. Nuestra vida entra en una Cuaresma no proclamada de derecho, pero efectiva de hecho.
Aparte de todas estas causas, subjetivas en cada persona, para mí hay otra que añadir: el dichoso “jalogüin”, o sea, sus muertos de los americanos. Entiendo de antemano que lucho en una guerra perdida. El Imperio y su fuerza mediática aliada al papanatismo de los medios de comunicación de masas en nuestro país, hacen estéril cualquier intento que reivindique nuestras costumbres y tradiciones en la conmemoración de los fieles difuntos. Están entre ellas las únicas que daban alguna alegría en este mes malasombra, como lo eran las culinarias. Parece razonable suponer que en la próxima generación las tradicionales gachas y demás alegrías de la cocina tradicional habrán pasado a la historia. O lo que sería aún peor al tetrabrik de las multinacionales de la alimentación.
Una de las esperanzas de que las cosas no fueran así, estaría en los profesionales de la enseñanza, pero ¡ay dolor!, salvo excepciones –que las habrá–, ellos son los más eficaces colaboradores de este imperialismo cultural, ¿en qué clase, de cualquiera de los niveles de la enseñanza, no se han hecho actividades relacionadas con “jalogüin”?
Ante este panorama sólo queda rendir los estandartes, y ponerse al día. Así por lo menos nos ahorraremos sumar al escarnio el ridículo. Confieso que el pasado domingo a últimas horas de la tarde fui sorprendido en la calle Santa Rosalía por un chiquillo de aterradora apariencia, que tras un vano y simpático intento de asustarnos a mi mujer y a mí, me propuso truco o trato, o algo muy similar. Para mi vergüenza, y su estupor, no supe que contestarle. Así que tendré que ponerme las pilas.
En fin, dando esta causa por irremediablemente perdida, sería conveniente que todos nos afanásemos en defender otros símbolos tradicionales también en peligro, pero que resisten mejor, como el belén, contra el árbol, y los Reyes Magos contra Papa Nöel.
Espero y confío en que en estas tradiciones al final se impongan las nuestras, y que nonos pase como con el dichoso “jalogüin”, o sea los americanos y sus muertos.
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