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¡VENTE A ALEMANIA, PEPE!
01.02.11 - Escrito por: R.S.A.
Angela Merkel ofrece trabajo a los jóvenes españoles.
Quién nos lo iba a decir, pero la historia se repite. Si en 1971, Alfredo Landa nos contaba las peripecias de los emigrantes españoles en Alemania, de nuevo, Alemania encabeza la lista de países desarrollados que ofrecen trabajo a miles de nuestros jóvenes cualificados. A partir de ahora, muchos españoles se pueden ver abocados a emigrar si quieren garantizarse un trabajo y un futuro digno. Aunque algo ha cambiado, antes exportábamos mano de obra barata y sin estudios, ahora se van a ir los llamados a construir el futuro de nuestro país. Por lo menos así lo afirman las noticias que circulan estos días a propósito de la cumbre hispano-germana en Madrid.
En 1960, España firmaba un acuerdo de colaboración con Alemania por la que le facilitaba contratos de trabajo para la expansiva industria del “milagro alemán”. Hasta 1973, más de medio millón de españoles habían emigrado a Alemania, de los cuales el 80% regresaron posteriormente a España. Aquel fenómeno fue una fuente de divisas para la España franquista y subsanó el grave problema germano de la falta de mano de obra de esos años.
La realidad actual es muy diferente. Alemania no atraviesa hoy ningún “milagro”, aunque lidera Europa con un crecimiento significativo. Lo que le ocurre es que arrastra un significativo déficit en empleos cualificados que le llevan a buscar soluciones. En este contexto, la Agencia Federal del Trabajo (BA) acaba de publicar un plan para resolver dicho problema y cuyo eje central será la mejora de la educación y la promoción de la integración laboral femenina. De esta forma, el citado plan fija su meta en el año 2025. Hasta entonces el problema no se solucionará sin recurrir a la emigración extranjera, señala Raimund Becker, miembro de la junta de la BA, por lo que se hace necesario contratar 800.000 trabajadores extranjeros.
Y es en este punto donde confluyen dos realidades políticas bien distintas. En España, un gobierno en horas bajas supeditado a las directrices europeas, precisa lanzar alguna señal de esperanza en política de empleo. Mientras que Alemania resolvería su problema revistiéndolo de política solidaria con los amigos europeos del sur, asfixiados por la crisis.
Sin embargo, la cruda realidad es otra. La emigración de jóvenes españoles con título universitario a Alemania, es ya un hecho. Hay miles de ellos en Berlín y en otras grandes ciudades alemanas, y aunque muchos están empleados en trabajos parciales y precarios, al menos trabajan.
Así pues y si nadie lo remedia, una fuga de jóvenes es lo que nos puede deparar el final de esta década de despilfarro y arrogancia. Y con ellos el futuro de nuestro país, que en buena medida se marchará también a conducir la recuperación económica de otro país que ha sabido invertir en innovación y desarrollo y que ha gestionado sus ingresos y posibilidades con más visión de futuro que el nuestro.
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