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¡Egabrenses! credo.
07.02.11 - Escrito por: Juan Ramón Pérez Valenzuela
Soy egabrense, creo rotundamente en el potencial que tiene nuestra ciudad para su desarrollo económico y creo en las oportunidades que brinda para disfrutar de una buena calidad de vida.
Creo que Cabra debe recuperar el tiempo perdido como consecuencia de un gobierno caracterizado por su ineficiencia en la gestión, por su incapacidad de aprovechar los recursos que les han llegado en este mandato como a ningún otro gobierno anterior, y por ser incapaces de definir un estilo de ciudad a largo plazo ni de generar proyectos para el progreso futuro de la ciudad.
A diferencia de destacados socialistas locales con los que no comparto ideología, creo en todo lo anterior y por ello mi preocupación no es el pasado, ni la sucesión de ZP, ni la celebración de congresos. Mi preocupación e inquietud es el estancamiento en el que se encuentra mi ciudad. Cabra pierde presencia día tras día, ya lo dijo recientemente Griñan en la vecina localidad “Ahora se habla de Córdoba capital y de Lucena, cuando antes se hablaba más de Cabra”; palabras pronunciadas ante nuestra alcaldesa sin que ésta las recriminase. No hemos sido, o mejor dicho, esta Alcaldesa socialista y sus socios de IU no han sabido generar atracción por nuestra ciudad, y la culpa no es de los egabrenses ni del pueblo, pues vuelvo a repetir que creo en mi ciudad, en su potencial, en sus recursos y en el espíritu de sus ciudadanos.
Entonces ¿cómo podemos cambiar esta tendencia?
Quedan pocos meses para las elecciones municipales, fecha en la que mis conciudadanos tomarán la palabra y tendrán la oportunidad de decidir si quieren más de lo mismo o la llegada de aire fresco al Ayuntamiento que remueva los sillones de quienes llevan ocupándolos 20 años, una nueva visión de gestión y modelo de ciudad, un serio compromiso y apuesta por un cambio que permita explotar el potencial de nuestra ciudad y generar el bienestar de sus ciudadanos y volver a ser un referente no sólo en Córdoba y Andalucía sino en España y Europa.
Lo digo porque lo creo.
Percibo que los egabrenses miran a Fernando Priego, al Partido Popular. Y lo hacen con entuasismo, con apremio y exigencia, independientemente de la ideología. Saben que es la alternativa y quien puede encabezar la transformación de nuestra ciudad y hacer que las cosas cambien. Lo hacen con confianza creciente. Una confianza que no es regalada, sino que Fernando ha sabido merecer a base de un trabajo constante, serio, decidido e implicado con los ciudadanos.
Los egabrenses saben muy bien lo que pasa en Cabra y cómo está Cabra y no quieren que siga así.
Lo saben.
A los egabrenses no les interesa seguir escuchando hablar de los problemas nacionales, ni de si ZP se presentará o no a las elecciones, ni de este malgobierno local. Lo que les importa no son las críticas, ni la oposición a la oposición que sistemáticamente realiza este equipo de gobierno, a los egabrenses lo que le interesa es el futuro de su ciudad.
Estamos ante una nueva etapa en la que todos nuestros pasos, todas nuestras iniciativas y nuestros esfuerzos deben ir encaminados en una dirección: reconstruir la confianza de los egabrenses, relanzar a Cabra como ciudad moderna, generadora de empleo y desarrollo, porque tiene potencial y calidad humana para lograrlo.
Las cosas tienen que cambiar y estoy seguro que lo conseguiremos a pesar de que no será fácil, porque el próximo alcalde recibirá la peor herencia, económica y social que haya recibido un gobierno municipal de Cabra.
Fernando no ofrece la ilusión de que las cosas se arreglan solas, pero sí ofrece la convicción fundada de que podemos arreglarlas si nos ponemos seriamente a trabajar por ello.
Los egabrenses han demostrado que son trabajadores, voluntariosos, perseverantes y decididos. En ellos está la fuerza para la recuperación. Hay una sociedad egabrense moderna y pujante que quiere salir adelante, que quiere luchar por su ciudad y por el futuro de sus hijos.
Algo está ocurriendo, la necesidad del cambio está ahí fuera, los egabrenses somos parte del cambio y somos quienes debemos participar en ese cambio.
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