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Siglas
07.04.11 DESDE LOS MIRADORES - Escrito por: Rafael Valentín Villar-Moreno
 Estamos sin duda en la época histórica de las siglas. Hasta tal punto que las mismas se superponen a las personas y las urgen como un Espíritu Santo, y que muy lejos de poseer todas la virtudes como el Paráclito, sólo parecen que estan llenas de vicio y pecado.
Cuando estas siglas amparan el nombre de las formaciones políticas, su poder maléfico se multiplica y ninguna de las virtudes cardinales que deben adornar el alma humana como lo son la Virtud, Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza, se reconocen en su discurso cuando se refieren al enemigo político (digo conscientemente enemigo, que no adversario), cualquier cosa que venga de “los otros”, se intenta desnaturalizar, a veces con argumentos que ni ellos mismos se creen. ¿Cómo pueden esperar que los demás los creamos?
Cabría pedirles a los políticos un mínimo de ética, se que es mucho pedir. Insisto en que pido ética. Diferente tema es un código ético que algunos tienen redactado, seguramente para que lo apliquen “los otros”.
Las virtudes cardinales que reclamo en la vida pública, son de fácil asunción por cualquier ideología, ya que aunque rescatadas por el cristianismo, son prácticamente las mismas que proclamaban en la antigua Grecia. Así que son difícilmente rechazables por el argumento de que procedan del Catecismo. Su enunciado en si mismo puede y debe recogerse en cualquier ideología.
Así que viendo como está el patio, de las virtudes teologales es mejor ni siquiera hablar.
Cuando esto escribo la actualidad rabiosa es el anuncio del señor Rodríguez Zapatero de que no se presentará a la reelección. Es increíble la catarata de opiniones y conclusiones que muchos sacan de este anuncio. Desde que su partido “lo ha echado”, a que aprovechando que el Guadalete pasa por la provincia de Cádiz, a los “claros síntomas de descomposición del partido en el Gobierno”.
Parece como que cosas de este calado pudieran suceder de la noche a la mañana. Pienso honradamente que la falta de ponderación, principalmente, de los portavoces de los partidos políticos son un constante desprecio a la inteligencia de los ciudadanos. Estas cosas son sólo munición de uso de los más radicales militantes, y que en el fondo tampoco se las creen.
El constante desprecio por la verdad, el ver siempre la paja en el ojo ajeno, el no darse una vuelta sobre si mismos y sobre todo el creernos tontos, les pasará factura y se la pasará donde más les duele en las urnas. Y no porque votemos a unos u otros, sino porque algún día dejaremos de ir a votar, pasando olímpicamente de ellos.
Ahora el mundo se ve abocado a solucionar el gravísimo problema nuclear producido en Japón. Aquí y aunque el gobierno japonés ha pretendido ser transparente, con el transcurso de los días vemos que también en esta ocasión, la primera víctima ha sido la verdad, y que el señor primer ministro del Japón, con sus modales moderados, cada día nos contaba una milonga. La realidad es que con este suceso la energía nuclear ha recibido un golpe de muerte. Por mucha falta que pueda hacer. Es imposible usar esta fuente. Somos completamente incapaces de controlarla cuando se desboca, y sus efectos perniciosos se miden en siglos y hasta en milenios.
Pocos días antes de este desastre otras siglas la FAES, había hecho público un informe en el que recomendaba sembrar España de centrales nucleares, no se puede ser más inoportunos. La citada FAES, me parece que se define como un “laboratorio”, yo me permito recomendarles que hagan los experimentos con gaseosa, de lo contrario y conociendo dos o tres de sus “ocurrencias”, puede que consigan ser tan impopulares entre la ciudadanía como la SGAES.
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