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¿A quién votaremos?
16.05.11 PECADOS IBÉRICOS - Escrito por: José Manuel Valle Porras
Quedan muy pocos días para nuestra cita con las urnas y con el futuro, para nuestro momentáneo encuentro con los cuatro próximos años, los cuales, en un pequeño –muy pequeño– grado, quedarán determinados por lo que hagamos el domingo. Es por eso que les escribo, para compartir con ustedes mis pobres –muy pobres– reflexiones al respecto, por si mis ideas les pueden parecer válidas o, siquiera, a tener en consideración.
He consultado en Internet los programas electorales de los cuatro partidos políticos que aspiran al gobierno municipal de Cabra. Creo que es lo razonable empezar por ahí, ya que estos programas son los contratos que ellos ofrecen a los ciudadanos y, caso de que estos los acepten y aprueben, tendrán la obligación de cumplirlos. En mi caso, además, hay otro motivo que me lleva a centrarme en los programas. Se dice que en la política local influyen menos las siglas e ideología de partido que las virtudes de los distintos candidatos, independientemente de su carnet. Pero apenas tengo un conocimiento personal de la mayoría de los miembros de las listas, así que prefiero aferrarme a lo escrito. Además, si leemos los currículos de algunos aspirantes a concejal, ofrecidos en sus propias páginas web, uno se sorprende de encontrar, aquí y acullá, recorridos profesionales que nos recuerdan aquel silencio de los espacios infinitos que originaba el pánico de Pascal.
Por tanto, y como sabiamente decía el Califa: ¡Programa! ¡Programa! Así que he buscado estos programas en la red. Tras dedicar un tiempo a su lectura, la impresión que me ha quedado es la de que, a grandes rasgos, los cuatro partidos coinciden en muchas de sus propuestas más significativas. Pero hay diferencias entre ellos. El programa electoral de Izquierda Unida, por ejemplo, me ha parecido más débil en propuestas, mientras que en el otro extremo situaría al del Partido Popular, que plantea una batería más amplia y original de medidas. Veamos un ejemplo: el turismo. Se trata esta de una materia bastante desatendida en nuestro pueblo. Ahora que vivo en Murcia he podido comprobar cómo varios municipios de esta región, a pesar de contar con un patrimonio histórico menor e inferior a los del sur de Córdoba, hacen de él un aprovechamiento mucho más intensivo para atraer visitantes. Pienso en el pueblo vecino a este donde resido, que ha convertido los tres muros ruinosos que quedan de una vieja ermita extramuros, en una explanada acondicionada y con potentes focos nocturnos que captan rápidamente la atención de quien, cuando anochece, mira al horizonte desde alguno de los miradores ubicados en la elevación de su casco histórico.
Bueno, pues ¿qué proponen los candidatos acerca del turismo en Cabra? Varios partidos coinciden en que van a eliminar los cables aéreos que afean nuestros barrios más señeros, o en impulsar la inclusión del pueblo en diversas rutas de turismo cultural de la región: del barroco, del agua, de Juan Valera, de los fósiles (no olvidemos que tenemos uno de los principales yacimientos de ammonites de Europa)… Pero son andalucistas y populares los que han elaborado más propuestas: las dos formaciones coinciden, por ejemplo, en sacar partido turístico del Cerro de la Merced y de las cuevas del Calvario –imagino que los populares se refieren a ambos yacimientos cuando hablan de potenciar el estudio y difusión de un «cerro íbero» y de «cuevas», así, a secas–. Ambos partidos proponen también llegar a convenios para abrir al turismo algunos monumentos de Cabra. Sin embargo, y como ya decía, es el PP el que incluye mayor plantel de nuevas ideas: así, se comprometen a elaborar audioguías para la visita de museos y monumentos en Cabra o a potenciar el turismo de congresos y el vinculado a lo ecuestre, lo taurino y el flamenco, entre otras propuestas. También encontramos alguna de escaso fuste, como la de aumentar los contenidos sobre nuestro pueblo en Wikipedia.
Hasta aquí, bien. En otros ámbitos, las diferencias en el nivel de las propuestas de los cuatro partidos se pueden parangonar con las que ofrecen acerca del turismo. Pero el tiempo de lectura apremia, así que acudamos a algo fundamental para terminar. ¿Qué dicen sobre los impuestos? En una situación precaria y de creciente deterioro de nuestras rentas, con una elevada tasa de paro, salarios estancados y precios al alza, lo que vaya a ocurrir los próximos cuatro años con el IBI y con los demás impuestos municipales es algo de la mayor importancia. De mucha más importancia, desde luego, que cualquiera de las rutas turísticas que mencionábamos antes, por positivo que veamos el desarrollo de estas últimas.
Creo que no sorprendo a nadie si digo que en los programas electorales de IU y del PSOE no se dice nada sobre moderar o rebajar impuestos. De hecho, es que en todo el programa electoral de Izquierda Unida ni siquiera aparece la palabra impuesto. Vayamos ahora a los programas de los partidos conservadores. En el del Partido Andalucista se puede leer, tras una relación de la abultada deuda que va a legar el gobierno municipal de Villatoro, que reducirán los impuestos a las familias con menos recursos. El problema consiste en saber a partir de qué nivel de renta se considerará pertinente reducir los impuestos. Ya me puedo imaginar que esta medida tendrá una aplicación minoritaria y que la mayor parte de los egabrenses no verá alivio alguno en sus cargas fiscales, cada vez más onerosas para las economías domésticas. Lo curioso es que, 13 líneas más abajo, el programa electoral andalucista anuncia que incrementarán hasta un 0,7% la parte del presupuesto municipal que destinarán para ayudar al Tercer Mundo. Es decir, que el regimiento socialista les va a dejar una deuda descomunal, que ellos van a bajar los impuestos a las familias pobres, y que al mismo tiempo van a enviar más dinero al exterior. ¿Es posible todo esto? Y aunque lo sea, ¿es razonable? A mí, desde luego, no me lo parece. No firmo el contrato.
Y acabemos con el PP. En su programa se lee que, junto a bonificaciones para personas con menos recursos –propuesta equivalente a la del PA– y la eliminación de algún impuesto a los negocios, se comprometen a no subir los impuestos por encima del IPC. Y eso es todo. No busquen más, que no lo van a encontrar. Esto es lo más lejos a lo que llegan los partidos egabrenses. Habría que volver a recordar que, en una situación de desempleo y de estancamiento salarial, y con una tasa de inflación interanual de casi un 4%, subir los impuestos otro tanto supone un duro golpe para las débiles clases medias. Y, en el ámbito local, el PP de Cabra está dispuesto a llegar hasta ahí. Pues definitivamente no. Tampoco firmo este contrato.
Pero lo anterior no significa que el próximo domingo me vaya a quedar callado. Como hicieran otros ciento y pico egabrenses hace cuatro años, en estas elecciones yo también emitiré un voto de protesta, una queja no verbal.
Este año, también yo pondré mi firma en el contrato de la disconformidad.
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