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La Copa de la Amistad
09.06.11 - Escrito por: José M. Jiménez Migueles
Parece que fue ayer. Millones de españoles abrazaban los colores de la enseña nacional en las grandes plazas e inmensas avenidas de todas las aldeas, pueblos y ciudades de España. El talento y la sangre fría de un chaval de Fuentealbilla, provincia de Albacete, produjo una oleada de felicidad en esta piel de toro que es España, tan necesitada como estaba, aquel 11 de julio, de un capotazo como Dios manda en medio de tanta banderilla y tanto descabello. Hoy, casi un año después, los egabrenses hemos tenido la oportunidad de sentir de cerca el copazo que nos llevó de borrachera una noche entera a muchos que, gustara el fútbol o no, sintieron aquel éxito como si la dignidad perdida del españolismo hubiera estado realmente en juego. Algo que, con la perspectiva que ofrece casi 365 días de distancia, prácticamente se puede confirmar: muy pocas veces, contadas con los dedos de una sola mano, este país ha demostrado sentirse tan unido como en aquellas celebraciones.
Hoy, el Círculo de la Amistad, en estrecha colaboración con la Peña Egabrense de la Selección Española, ha expuesto la ansiada Copa del Mundo en sus dependencias. Y el acto, como no podía ser de otra manera, ha sido todo un rotundo éxito de convocatoria ya que, según las primeras aproximaciones surgidas de fuentes de la misma Casa, casi unas 3.000 personas habrían contemplado la antigua Julies Rimet. El hecho en sí es bastante relevante, ya que podría representar a casi un 15% de la población egabrense pero, en esta ocasión, creo justo colocar el foco fuera de la, por otra parte, ya abundantísimamente fotografiada Copa del Mundo. Hoy es justo centrar la atención en la que desde chico, como tantos otros, consideré mi segunda casa: el Círculo de la Amistad. Una institución que, tras la última renovación de su Junta Directiva, ha desempolvado la poca ceniza que quedaba ya debajo de sus alfombras para convertir a la Sociedad en una entidad moderna, joven y abierta al exterior, lo que se ha traducido en un notable incremento de socios, en una excelente gestión de servicios, con la Repostería a la cabeza, y en una sobresaliente planificación de actividades que convierten al popular Casino en uno de los agentes sociales más poderosos de la ciudad, además de uno de los mejores lugares del mundo en los que desayunar.
El Círculo de la Amistad ya ha apostado y a buen seguro que seguirá jugando fuerte. El reto de convertirse en referencia cultural, gastronómica y social de Cabra está muy cerca de conseguirse, si acaso no lo ha hecho ya. Y eso, más que una gran noticia para la institución, que lo es, es una gratísima buena nueva para toda la ciudad.
Enhorabuena a todos.
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