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Omnium Sanctorum
01.11.11 - Escrito por: Ismael Ruiz Pérez
 Un año más el cementerio ha estado repleto durante toda la jornada, así como en día anteriores, teniendo su punto álgido en la tradicional Eucaristía que se celebra dentro del mismo, en recuerdo de todos aquellos que ya no están entre nosotros.
Un año más los egabrenses han acudido hasta allí para honrar a quienes nos dejaron para partir a otro lugar, otro lugar, que sea cual sea, no lo imagino lleno de calabazas, ni de telarañas, esqueletos y chucherías. Otro lugar que no imagino “americanizado” como está ocurriendo últimamente en este país, e incluso en nuestra propia ciudad.
Es impresionante como en cuestión de días, Cabra se ha llenado de niños vestidos de Joker, niñas disfrazadas de bruja, con sus correspondientes calabazas en vez de flores para los difuntos, amén de los padres igualmente vestidos y paseando con ellos por la calle, en vez de ir camino del siempre apetecible brasero, y recordar a quienes son el futuro de Cabra lo que durante cientos de años han hecho sus abuelos, y los abuelos de sus abuelos, lo único que puede hacer darnos cuenta de quienes somos, donde estamos y por qué. Lo único que puede hacer mantenerse viva la llama que calienta a quienes tuvimos la suerte de nacer en el sur de Europa, y saber disfrutar de la vida al igual que honrar a la muerte .
Y encima, con celebraciones “Hallowinas” en los colegios y guarderías… Luego, nos quejamos de celebraciones cristianas en los lugares de enseñanza públicos. Nos quejamos de actuaciones de Villancicos y Belenes en las clases, nos quejamos de “fichas” y murales alusivos a la Semana Santa, todo tradiciones ESPAÑOLAS… pero sí que dejamos que nos invadan otras extranjeras.
Aún recuerdo en mis años en el Ángel Cruz Rueda “concursos” de comida hecha por las madres en esta época; batatas asadas, castañas, nueces recogidas, granadas, carne de membrillo… y un sinfín de recetas culinarias que se compartían, mientras Doña Conchi nos hablaba de todo lo que significaba poner “una velita” a nuestros abuelos y titos, que se habían “ido al cielo hace poquito pero que nos seguían viendo aunque nosotros no los viésemos”.
Pero como ocurre con todas las cosas de esta vida, también parece ser que en esta España (o Ex-paña como diría Julio Domínguez) el “Halloween” va a apoderarse de la festividad de Todos los Santos. Halloween para los Americanos, que ya tenemos suficiente con escuchar de vez en cuando a Obama.
Vosotros, seguid con vuestras calabazas y asquerosos “¿truco o trato?” que yo mientras seguiré disfrutando de las manos de mi abuela haciendo gachas, como las que ha hecho esta mañana con sabor a la calle Parrillas y que ahora me estoy comiendo tan ricamente, aquí, delante del portátil, rememorando toques de campanilleros y acordándome de tan buenos momentos vividos con los que hicieron algún día posible que yo y mis padres, estemos en este mundo. Por muy tradicional y aburrido que suene.
¡Ala!.
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