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"Cambiar el nombre de tu pueblo..."
17.12.11 - Escrito por: José Manuel Jiménez Migueles
Levantarte un domingo del mes de diciembre, echarle un vistazo a la prensa regional y leer que un grupo de empresarios turísticos de Cabra, agrupados bajo el nombre nada original de Egaemprende, propone cambiar el nombre de tu pueblo, por otro, con más gancho turístico, sí tiene un precio: que todos mis amigos de más allá del Junquillo piensen que, definitivamente, nos hemos vuelto todos locos o que, esperemos que no, hemos perdido, definitivamente, los papeles, el norte y hasta la brújula.
Leer, al poco rato, que todo era una broma y que la única pretensión era situar a Cabra en el primer plano noticiero, confirma las peores expectativas, pues la chanza se transforma en un inquieto interrogante que lanzar a aquellos profesionales del turismo ideólogos de aquella farsa: ¿tan mal está la cosa para que Cabra sólo sea noticia a través de noticias falsas y rimbombantes?
Yo diría que no. Es más. Me atrevería a sugerir que, la próxima vez que, desde el punto de vista turístico, se pretenda situar a Cabra en la parrilla de salida, en la llegada a meta o en el paso intermedio de cualquier tour operador medianamente contrastado, se tengan en cuenta los factores que sí puedan hacer posible la consecución de todos esos horizontes de expectativas con los que cualquier visitante, un día, desde su misma casa, espera ser alcanzado cuando, tras conocer nuestra oferta, que es lo mismo que conocer nuestras cosas, decida venir a visitarnos.
Para eso necesitamos que desde fuera se sepa que aquí aún se respira la misma atmósfera que tan magistralmente describió Juan Valera en muchas de las escenas y ambientes de sus tan celebradas novelas, la misma ciudad que cautivó a la pluma de Juan Soca y Pedro Garfias y que alumbró la de José Calvo Poyato. La que cautivó los sentidos del Maestro Rodríguez y la que aún recoge las notas musicales del Centro Filarmónico. Una atmósfera que viste de verde en la Fuente del Río, de blanco en el Barrio del Cerro y de mármol rojo en la Parroquia de la Asunción. Necesitamos que se sepa, desde fuera, que aquí, celosamente, se custodian algunas de las mejores tallas escultóricas de los siglos XVII y XVIII, a las que suele acompañar el brillo del bordado y la plata dieciochesca, el rito religioso del diecinueve, la trascendente fe del siglo XX y la espectacularidad de los desfiles procesionales del siglo XXI.
Que fuera se hable de los amaneceres en la Nava como uno de los mayores espectáculos visuales de los que puede disfrutar nuestras retinas, hastiadas de color al paso de una bandera que ondea al latir de una tradición que se hace fiesta y explosión jubilar cada 4 de septiembre, cuando nuestra historia y nuestras generaciones se dan la mano en la noche del 3 de septiembre, en la que el Parque Alcántara Romero se viste de pórtico floral y retórico de nuestras principales fiestas.
Que aquí se adoró al dios Mitras. Que se escribió por vez primera una moaxaja. Que fuimos cantera de primer nivel de catedrales y palacios. Que la educación llevaba años impartiéndose cuando aún se sabía poco de algunas de las ciudades más importantes de España en la actualidad. Que Benlliure construyó una tumba para una reina. Y que aquí se come como un rey.
Que se sepa que el patrimonio artístico, cultural, gastronómico y social no es mejor ni peor que el de ninguna otra ciudad. Pero sí es único. Diferente. Y valioso. Muy valioso. Y para que todo esto se sepa en el exterior, lo que se necesita es, precisamente, una puesta en valor de todas nuestras virtudes, no una exposición ridícula de intenciones sin más afán que la pública notoriedad. Precisamos que la institución que nos gobierna ponga en valor todas estas fortalezas, y no mediante la quincuagésima remodelación de nuestras páginas webs, sino con una gestión integral e inteligente de nuestros servicios turísticos y la creación de un Centro de Interpretación de la ciudad de Cabra que fomente a los visitantes venir a Cabra y, una vez aquí, desde el Centro, proyectarlos a donde su horizonte de expectativas pueda ser colmado. Sólo así nos aseguraremos visitas y pernoctaciones, ténganlo claro.
Y me consta, felizmente, que se están dando los primeros pasos.
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