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...atraídos por el paisaje de nuestra Sierra.
02.01.12 ITINERARIOS EGABRENSES VII - Escrito por: Isabel Montes Romero
“En el bajo cielo
otoñal, cortadas
por el sol poniente,
nubes pasan…
Pasan
con fulgor de incendio,
con temblor de llama.”
Pedro Iglesias Caballero
Partimos desde la “Plaza Diputación” que espera, presidida por un grupo de surtidores de gasolina, a modo de perfecto icono del siglo XX, su, mil veces anunciada, remodelación; tomamos la “Avenida Pedro Iglesias Caballero”, que se muestra prometedora como lo fue la carrera del poeta de quien lleva nombre, aunque a ambos un exiguo recorrido (vital el de Pedro) les impida su total desarrollo de avenida y de poeta.
Apenas caminamos unos metros cuando, a la izquierda, nos topamos con “Poeta Lucano” y, en zona tan literaria, podemos decir que pareciera que quienes proyectaron dicha calle hubieran echado mano de múltiples recursos “estilísticos”, que movidos también por la juventud del escritor a quien homenajea, recurriesen al juego y a la sorpresa, simulando que no tiene salida la que, realizando un grácil circunloquio, resulta tener dos, una que se torna pasadizo casi secreto, la otra desembocando con fuerza de nuevo en la Avenida, frente a la Urbanización erróneamente rotulada como “Moredal” (tal vez por un señor fino de Bilbado, jeje), vulgo (cierto, siempre) “Moreal”, con diccionario en la mano “Moreral”.
Nos metemos por cualquiera de los pasajes de la Urbanización, bellamente ajardinados, atraídos por el paisaje de nuestra Sierra, y llegamos a esa calle casi oculta, por ahora frontera urbana, de nombre triste y políticamente labrado, “Víctimas del terrorismo”.
Recorremos la calle hasta asomarnos a ese espacio, pseudoplaza o simple nudo de calles que compone la primera estampa de Cabra para el viajero que llega en autobús, y por su inconcreción, sin nombre. La calle que llevábamos, sin solución de continuidad, pasa a llamarse Avenida de Belén, y mientras observamos como marcha la ciudad, cómo se reinventa, cómo donde hubo laderas de un arroyo, hoy hay un parque, el de “La Tejera”, nosotros, como las nubes, seguimos pasando en dirección al Calvario, que nos guía como estrella de Belén.
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