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Una Semana Santa...
29.03.12 - Escrito por: Antonio Fernández
Parece que fue ayer cuando me disponía, nervioso y algo apresurado, hacia la Parroquia de Santo Domingo de Guzmán. Hacía calor, tarde de julio, y en media hora tendrían lugar las elecciones a la Presidencia de la Agrupación General de Hermandades y Cofradías de Cabra donde había presentado mi Candidatura.
"Eres muy joven, harán contigo lo que quieran", "¿Te lo has pensado bien chiquillo?" "ánimo, tu puedes" "si necesitas algo, llámame". Aún hoy, a menos de un mes para convocar las Elecciones a un nuevo mandato en la Junta de Gobierno siguen surgiendo en mi interior esas palabras que amigos y familiares me dirigían.
Cuatro años, sí, con sus días, sus horas, sus minutos. Cuatro años en los que he conocido el verdadero valor de la responsabilidad y sus repercusiones en una sociedad en la que, en la mayoría de las ocasiones y sin generalizar, se busca con lupa cualquier tropiezo o equivocación para ser "carne de cañón".
Cuatro años en los que he tenido la ENORME SUERTE de conocer a personas válidas, sencillas, enteras, comprometidas con su palabra y que, a pesar de los malos ratos, no se han bajado del vagón que un día decidieron tomar conmigo. En el viaje, hemos hablado de muchas cosas, cosas que nos han arrancado una sonrisa de los labios y en otras han provocado que una lágrima recorra nuestra mejilla. Temas que por su complejidad han necesitado de más de una y dos conversaciones para llegar a una conclusión clara. Pero claro, como todo viaje, ha tenido paradas, andenes en los que algunos compañeros decidieron bajarse para tomar otros proyectos y no interferir en aquél común que iniciábamos un 18 de julio de 2008 y que ahora, tengo su grato recuerdo porque prefirieron bajarse del vagón a seguir en él sin poder aportar elementos a nuestra conversación.
Ahora, pasados esos cuatro años, me enfrento a una Semana Santa distinta, una Semana Santa en la que recordaré aquélla primera en la que tenía responsabilidades y que aún me provoca un escalofrío en el cuerpo por la "insegura seguridad" de que todo saliera "más o menos" bien.
Una Semana Santa en la que viviré de manera especial todos y cada uno de los momentos que nos regala. Una Semana Santa en la que cuando te mire, te daré las gracias por haberme dado las fuerzas para seguir cuando me temblaban las piernas. Una Semana Santa en la que al ver tus mejillas inundadas de tus lágrimas de dolor me daré cuenta lo minúsculos que han sido mis problemas comparados con tu mar de llanto y amargura.
Una Semana Santa en la que no apagaré mi cirio porque quiero alumbrarte hasta tu recogida. Una Semana Santa donde me impregnaré de tu incienso y tu aroma de azahar. Una Semana Santa en la que Resucitarás y llenarás de colorido las calles de Cabra, entonces, todo habrá acabado, no, todo no, nada habrá acabado porque te mostraremos lleno de vida y repartiendo esperanza en la vida futura.
Entonces, todo habrá comenzado....de nuevo.
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