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Romper una lanza por Rafael Nieto López
26.11.12 - Escrito por: Antonio Suárez Cabello
Antes de romper una lanza por Rafael Nieto López, sabiendo que en este envite no me va a suceder lo mismo que a los paladines de la Edad Media que peleaban con el arma defendiendo a alguien en un combate feroz que hasta partían la lanza, he de puntualizar, en este ocasión con la dialéctica de las palabras, aquello de que no hay frase mal dicha sino que puede ser interpretada de distinta forma. Es decir, no hay palabra mal dicha si no fuese mal entendida. Y así ocurre a veces que se da una interpretación muy distinta a algo que se dijo con la mejor intención del mundo. Por supuesto, ausente de cualquier malicia o perversidad. Una frase sacada de su hilo conductor puede provocar mucha confusión, ya que posiblemente no se interprete el mensaje correctamente, por lo que debemos dilucidar el significado en su contexto.
Si en la plaza de toros de Cabra se anuncia un cartel con toros de Miura y los espadas José Tomás, El Juli y Morante de la Puebla, y el crítico taurino dice: "¡Vaya pedazo de corrida para una plaza de tercera categoría!", todos entendemos a lo que se refiere. No diremos que la plaza de toros de Cabra no es de tercera, que es una plaza muy antigua, que por ella han pasado destacados diestros y, además, que Cabra es una ciudad. Esta réplica al crítico taurino no viene a cuento ni tiene sentido, puesto que la frase tiene un tono elogioso o laudatorio, incluso con su chispa de ironía. Las plazas de toros están clasificadas en distintas categorías, como otras muchas cosas, y es frecuente el preguntar en el mundillo taurino de qué categoría es tal o cual coso taurino. Y sabemos a lo que nos referimos. Esta clasificación no es nada despreciativa, sino que viene dada por las exigencias establecidas para celebrar en ellas espectáculos vinculados al mundo de la tauromaquia.
En España son tres las categorías que se le asignan a las plazas de toros, teniendo en cuenta para ello la antigüedad, la tradición, el tamaño y el número de festejos; y con arreglo a esta clasificación se impone un peso mínimo de los toros, un número mínimo de sobreros, de caballos, etc. También afecta la categoría al precio de las entradas, seguros y profesionales que deben estar presentes durante la corrida. En las plazas de primera categoría hay que celebrar 15 espectáculos taurinos, de los que 10, al menos, habrán de ser corridas de toros.
El histórico coso taurino de la avenida de la Constitución sólo cumple las condiciones de plaza de tercera categoría. Así que nadie se disguste o se desconsuele. Esta es la realidad con respecto a la clasificación establecida. La plaza de toros de la Real Maestranza de Ronda, por ejemplo, en la que con su historia y su arquitectura, carácter y belleza, considerada como una de la más monumentales que existe, también es de 3.ª categoría. Y eso que cuenta con una corrida goyesca y la presencia de doña Cayetana vestida con mantilla y peineta. Eso sí, esta clasificación por "categorías" se puede cambiar. Basta que los políticos se lo propongan, pero actualmente tenemos estas tres categorías, si no me corrigen los taurinos. Y hasta ahora, que yo sepa, no se ha realizado ninguna movilización en contra ni se ha llevado a ningún pleno municipal el solicitar que la plaza de toros de Cabra sea de una mayor "categoría".
Para los teatros ignoro si existe esta clasificación por "categorías" a igual que en los cosos taurinos, pero de haberla casi seguro que El Jardinito se daría la mano con la centenaria plaza en sus condiciones clasificatorias. De ahí que el crítico musical y colaborador altruista de La Opinión Rafael Nieto, tuviera el atrevimiento (mal entendido por algunos) de buscar el símil taurino para poner en contacto lo operístico con lo táurico y dijera en tono elogioso, como el crítico taurino hubiera dicho con el hipotético cartel "¡vaya pedazo de corrida para una plaza de tercera categoría!", el "¡vaya espectáculo de ópera para un teatro de pueblo", o "de tercera categoría como la plaza de toros", jugando con lo laudatorio y lo irónico. Son tonos coloquiales que deberían ser entendibles por el respetable. Dan categoría, no la quitan. La corrida, ya la quisiera Las Ventas o La Maestranza; la ópera, ya la quisiera los teatros de Málaga o Córdoba, incluso el de Jerez de la Frontera como dice Nieto.
El romper una lanza por Rafael es lo más normal del mundo, puesto que del fragmento del texto que reseña la representación de la ópera "Rigoletto" de Verdi: "Poco tiene que envidiar lo que vimos y oímos en el escenario del joven teatro "El Jardinito" con las óperas que se representan (pocas ahora) por los teatros de estos lares, Málaga, Córdoba, Jerez de la Frontera... Más no se puede pedir a un teatro de 3ª (como los cosos taurinos) pues estuvo muy digno, muy bien", no debemos sacar de quicio lo "de 3ª (como los cosos taurinos" y llevar este trozo de la crónica a interpretaciones ficticias que no forman parte del contexto de la crítica. Que la plaza de toros de la localidad esté clasificada de 3.ª categoría es una realidad y no tenemos que concebir el número como un desprestigio. Y repito: el tono empleado por Rafael Nieto es elogioso e irónico; pero en lugar de dar una vuelta al ruedo por su trabajo, con la dichosa frase ha sido arrastrado por las mulillas. A mí seguramente me llevaran a la enfermería. La suerte es que el Infanta Margarita queda cerca. Además, puestos ya en plan taurino diremos que Nieto remata su crítica con una magnífica revolera: "Una noche memorable para el Teatro El Jardinito de Cabra".
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