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Comunicado de la HOAC con motivo del Día de la Mujer
08.03.13 - Escrito por: HOAC
Celebramos nuevamente el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora. En esta fecha recordamos a tantas mujeres anónimas que han construido nuestra historia, muchas veces con sangre y sacrificio. Mujeres que han entregado su vida para que la situación de la mujer y de la sociedad avanzara en pro de la justicia, la igualdad, la paz y el desarrollo.
Su lucha no fue en vano y hoy podemos ver sus frutos y sentimos "admiración hacia esas mujeres de buena voluntad que se han dedicado a defender la dignidad de su condición femenina mediante la conquista de fundamentales derechos sociales, económicos y políticos, y han tomado esta valiente iniciativa en tiempos en que este compromiso suyo era considerado un acto de transgresión, un signo de falta de femineidad, una manifestación de exhibicionismo, y tal vez un pecado" (Carta a las mujeres, 2 Juan Pablo II 1995).
A pesar de ello observamos cómo el patriarcado y el capitalismo siguen sometiendo a la mujer de diferentes formas: convirtiendo su vida en mercancía, dando menos oportunidades por razón de su sexo, con trabajos precarios y mal pagados, asignándole un papel de cuidadora y de sumisión por "naturaleza". Además en nuestra sociedad mercantilizada, el trabajo oculto del hogar y de los cuidados realizado tradicionalmente por las mujeres, necesario para sostener la propia vida y realizado desde la gratuidad, no es valorado ni considerado trabajo. Sólo se reconoce cuando se le pone precio, cuando se convierte en empleo y es sometido a la lógica del mercado. Por ello, es necesario apreciar el trabajo del hogar y de los cuidados realizado por hombres y por mujeres.
A pesar de lo mucho que se ha avanzado en materia de igualdad entre hombres y mujeres en el plano normativo, constatamos que las mujeres siguen sin estar adecuadamente representadas en muchos ámbitos sociales, laborales, políticos y eclesiales. Por lo que son aún necesarios avances en la igualdad de oportunidades en el ámbito laboral y la representación democrática, en la eliminación de estereotipos o en la erradicación de esa lacra que es la violencia de género.
Las políticas emprendidas en los últimos años (recortes sociales, reformas laborales, supresión de las ayudas a la dependencia, ...) han generado una precarización y flexibilización del trabajo, especialmente en las mujeres, que nos hace retroceder hasta épocas que pensábamos superadas, sobre todo en la economía sumergida. El paro no cesa de aumentar; Andalucía finalizó el año 2012 con la tasa de desempleo femenina más elevada de España, del 35,06% (EPA). Así mismo la tasa de desempleo juvenil, es alarmante, supera el 50% y más de la mitad se da entre las mujeres. Ante esta situación, entendemos que la educación es una de las principales claves para la erradicación a largo plazo de las desigualdades todavía existentes entre mujeres y hombres.
El hambre y sed de justicia de las bienaventuranzas de Jesús de Nazaret se traduce en hambre de una vida liberada e íntegra, libre de cualquier forma de dominación, liberada para amar, gozar y crear más vida. Solo el reconocimiento de la igual dignidad del hombre y la mujer nos permitirá construir un mundo más justo y el pleno desarrollo de todos y todas. Como pastoral obrera, como miembros de la Iglesia, queremos seguir abriendo cauces a la corresponsabilidad de las mujeres en la sociedad y en la Iglesia y mostrando el rostro materno de Dios.
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