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Pasó
01.04.13 - Escrito por: Antonio Ramón Jiménez Montes
Pasó la Semana Santa y en nuestra retina guardamos aquellos momentos que nos ha dejado, frágiles como el recuerdo con el paso de los años, pero eternos para nuestro cúmulo de vivencias y sensaciones únicas...
Pasó.
Pasó con más pena que gloria, quizá tenga que ser así, ¿o no?. Con más lluvia que sol. Con ausencias (¡qué duras algunas!) y con una presencia eterna.
Pasó, como siempre efímera, como siempre primaveral, como siempre soñada y deseada.
Pasó, día tras día pendientes de los partes meteorológicos (gracias Juanra), mirando al cielo a cada hora, en una primavera gris y lluviosa que apenas quería ir dejando paso a los rayos del sol o a un azulado cielo de etéreas nubes.
Pasó y apenas si se abrieron las flores de azahar de nuestros naranjos, aletargadas en sus ramas, impidiendo percibir el aroma que impregna el ambiente de calles y plazas.
Pasó, sí, de pronto, como si fuera un recuerdo, como si fuera un suspiro.
Pasó como una vida que nos parece larga y que a veces nos olvidamos de saber que es así: pasajera, efímera, peregrina hacia lo eterno. Qué trabajo nos cuesta asumirlo.
Pasó, casi sin darnos cuenta. Pero como somos partidarios de la victoria llegamos a la Pascua, que no es otra cosa que "paso".
Pasó.
Y en su fugacidad, sabremos que permanece para siempre.
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