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Dalí en Madrid
11.07.13 - Escrito por: Araceli Granados Sancho
Madrid se viste daliniana estos días. Mirando en Internet las páginas que muestran fotografías de sus obras, uno parece no haber visto mucho en el Reina Sofía. Pero es más que suficiente antes de que aparezca el síndrome de Stendhal.
Realmente no habría que decir que es un genio, puesto que los libros lo dicen. Eso, supongo, nos debe bastar a los legos. Pero al recorrer las salas donde viven algunas de sus obras estos días, nadie puede salir de allí sin conciencia de su inmensa creatividad en varios tipos de artes, no sólo en la pintura. Aunque centrándonos en esta última, y desde la modestísima opinión de quien nada entiende de arte, es sorpresivo para cualquiera cómo maneja el espacio y la perspectiva, el color, los volúmenes, por no hablar de sus simbolismos, de sus mensajes políticos, humanos: toda una filosofía contenida en una sola persona.
Es una exposición muy completa, que ofrece la mirada también al especialista, con documentos originales de épocas pasadas donde se puede observar la trayectoria del artista. A los niños que había en la exposición ?y me encontré a más de uno? les gustaban mucho las proyecciones que de Dalí se ofrecían para desbloquear la mente del cansado turista que recorría la decena de salas. En ellas podíamos ver al Dalí más excéntrico, mostrando la finalidad de alguna obra plástica que había compuesto o, también, algún anuncio que realizó en el pasado para la televisión americana, supongo.
En estos tiempos de proceso desmembrador de la conciencia, es vigorizante ver a quien nos representó en otro tiempo, que tendrá sus detractores, o los que no gusten de sus quimeras y colores, pero nadie puede negar la capacidad de este hombre de mente singular para relacionarse con el cine (Hitchcock, los hermanos Marx), el teatro, la ciencia (Freud), la religión, la poesía (el surrealismo del cual formó parte)...
Viendo el poema que Federico García Lorca dedica a Dalí y que puedes observar en la exposición, recordé lo que mi profesor de literatura, Pepe Aroca, nos dijo en el aula sobre la ruptura que la Guerra Civil provocó en la intelectualidad española. La pena surgida al ver "Premonición de la Guerra Civil" o "España" te hace pensar en qué hubiera hecho Federico García Lorca si el destino le hubiera otorgado el don de la vida larga.
Es inesperado y natural comprobar la evolución de este artista, paralela a la evolución de sus ideas, en sus sentimientos más íntimos: su deriva hacia el catolicismo y misticismo; o su preocupación por las consecuencias de la ciencia, inquietud muy de la época.
Si bien hay cosas que no tienen precio ?y ver esta exposición no lo tiene?, el precio es un elemento a tener en cuenta, y yo creo que el Reina Sofía va a ganar dinero con esta exposición. La cultura debería ser más barata.
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