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Salud de los enfermos
20.09.13 - Escrito por: Ismael Ruiz Pérez
Así te quiero, y así te siento. Como la letanía del rosario. Como la dicha que estos días tantas veces te estoy repitiendo y aclamando. Quiero verte como salud, como recuperación, como razón y motivo de sonrisas y felicidad en los labios de tantas personas. Quiero que este fin de semana no solamente celebres tu estancia y un año lleno de Fe. Quiero que este fin de semana, cuando bendigas estas calles ?sea el sábado llorando o el domingo con tu hijo- repartas esa salud que Cabra tanto necesita. Porque todos estamos enfermos, y de vuestros favores siempre seguros solicitamos asistencia y amparo. Porque de vos nunca desconfiamos y sabemos que nunca dejas de escucharnos.
Esa salud que hoy te pido, no es solamente para los enfermos de nuestras casas y hospitales. Esa salud que también tantas personas necesitan para su apagada y liada mente, para sus resfriados hogares llenos de virus disfrazados de problemas y ausencia de antibióticos como el trabajo. Quiero, necesito y espero que te acuerdes de todos tus hijos, los que cada día suben esa cuesta que lleva hasta la Asunción para verte y rezarte mientras con ojos brillantes te encienden una vela con los últimos céntimos sobrantes de comprar el pan, o los que diariamente y a paso lento recorren la calle la Cruz, Almaraz, Pepita Jiménez o Santa Ana solo por rezar una salve ante tu pálido semblante.
Sé el motivo y razón de felicidad de tantas personas que más que nunca te necesitan. Lleva la paz y la justicia a nuestros hogares, el amor entre los iguales y los distintos, quita el hambre a quien tiene para comer y no da nada al que al lado muere. Cubre con tu manto todos los problemas que encuentres a tu paso por nuestras calles este fin de semana, porque Cabra está sedienta de ti, y va a abrir puertas, ventanas y balcones ante tu mirada suplicando que una vez más misericordiosamente la vuelvas, mostrando el fruto de tu vientre siempre bendito, que en tus brazos o en una cruz vacía nos muestras. Abre tus ojos más que nunca y escucha detenidamente a todos los que te suplican, susurran y calladamente te rezan. Y sobre todo, repártenos salud, empezando por donde tú quieras y terminando especialmente en las Andovalas, donde desde Pedro Gómez se te suplica, parándose con especial hincapié en esa letanía que tanta razón y significado en tres palabras encierra: "Salud de los enfermos", dala siempre por favor, y nosotros a ti nuestro amor eterno.
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