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"Un aplauso para el hermano mayor..."
05.10.13 - Escrito por: Antonio R. Jiménez
Así terminaban las palabras del párroco de la Asunción y Ángeles. Pidiendo un aplauso para Agustín Mellado y para todos los miembros de la Junta de Gobierno que en los últimos ocho años han estado trabajando día a día cerca de la devoción a la Virgen de la Sierra y su histórico Santuario. Personificando en él, el esfuerzo, la dedicación y el trabajo no solo de estas juntas de gobierno actuales, sino también y al mismo tiempo, el de todos los hermanos mayores y oficiales que lo han sido a lo largo de la historia de tan ancestral devoción egabrense, que se concentra en torno a la antiquísima imagen de María Santísima, Nuestra Señora de la Sierra.
Sus palabras en la misa del sábado, víspera de la subida de la Virgen al Santuario, fueron las del consiliario que ha acompañado a los hombres y mujeres de la junta de la Archicofradía durante estos años. Ocho años que también lleva en la Asunción trabajando entre nosotros con una predisposición pastoral y personal que no solo le honran sino que son muy de agradecer. Las palabras de Zacarías Romero Arroyo sonaron también a las de un hombre devoto de la Virgen de la Sierra, celoso en el respeto a tan honda y antigua devoción mariana, no solo de Cabra sino de tantos lugares de nuestra comarca y territorios limítrofes. Demostrando que como Rector del Santuario de la "Palomita de la Cueva", lo siente en lo profundo, manifestándolo también en lo visible.
Habló de la fe, quién está cerca de la Virgen, se acerca también a Dios, dijo. Pidió a todos que nos mantengamos firmes en esta devoción recibida de nuestros mayores, que seamos fieles a ella y que estemos cerca de la Virgen no solo en estos días que está entre nosotros en Cabra, sino también durante todo el año en el templo del Picacho: no creo que haya ni un egabrense que se acuerde de la Virgen solo el mes que está en Cabra.
Habló de las obras, pues una fe sin obras no tiene sentido. Habló de la caridad, de la entrega, del amor fraterno. Pidió a cada uno de los presentes que tuviéramos un detalle, aunque fuera pequeño, en el día a día de nuestras vidas, que fuera muestra de amor y que si fuéramos capaces de hacerlo, todo sería bien distinto. Habló de los muchos actos en torno a la Virgen y a su Hijo que han tenido lugar, de las visitas diarias a ver a la Virgen, de lo que todo eso ha supuesto y supone, como un verdadero don, para nuestra ciudad.
Pero también habló del trabajo constante e incansable que han realizado los componentes y colaboradores de la Junta de Gobierno de la Real Archicofradía, de sus desvelos, del día a día, del cariño y dedicación para tenerla siempre dispuesta y preciosa ante sus devotos, para mantener y engrandecer el Santuario, para ofrecer lo mejor de sí mismos en una gestión que es digna de elogio y que creo que pone de manifiesto, lo mucho y bien que han trabajado en estos últimos ocho años, bajo la atención pastoral del consiliario y la coordinación e impulso del hermano mayor; todos a una, como auténtica y fraterna familia, ejemplo para los cofrades.
En sus palabras, ante la imagen de Nuestra Señora de la Sierra preparada ya para la subida y ante la nueva imagen de San Agustín que irá al Santuario, pudimos percibir la cercanía del pastor que quiere estar entre los suyos evangelizando; sintiendo la cercanía de la Madre en la imagen de la Virgen de la Sierra, con el cariño y gratitud hacia tantas personas, con la emoción del enamorado de María o con el sentimiento de quién quiere acompañarnos en nuestro itinerario de fe y devoción, junto al Señor, junto a su Madre. Pero también las del compañero que ha visto cómo la Junta de Gobierno de la Real Archicofradía ha dedicado su esfuerzo al engrandecimiento de la devoción a la Divina Serrana, presenciando todos los momentos que han tenido lugar en estos años.
Él pidió un aplauso para Agustín Mellado y sus Juntas de Gobierno por estos ocho años de trabajo en torno a nuestra Patrona, que resonó en el templo y también entre los que podían verlo a través de Atalaya Televisión, que ha hecho más cercano todo este mes en torno a la Virgen de la Sierra. Hoy, si me lo permiten, pido un aplauso para él por tan sentida y cariñosa homilía en la víspera de la subida. Un aplauso para ATV que ha estado y está llevando a tanta gente los actos en torno a la Virgen de la Sierra. Y también para quiénes han trabajado en esa Junta, en el día a día, en lo más externo y en lo más interno, en lo más visible y en aquello que se ve menos. Y por haber tenido el detalle de rendir público homenaje a Agustín Mellado Arroyo que, tan merecidamente, ha sido ofrecido de manera sencilla y sincera por sus hermanos y colaboradores como muestra de gratitud y afecto.
Creo que, cuando pase el tiempo y la distancia permita analizar todo el trabajo realizado, Agustín pasará a engrosar, escritas con letras de oro, las páginas del libro de honor en el que están buenos y grandes Hermanos Mayores de la Real Archicofradía de la Virgen de la Sierra. Y creo, si me lo permiten, que formará parte de la historia de nuestra Patrona como uno de los mejores y quizá también con una de las mejores Juntas de Gobierno que ha tenido la Virgen de la Sierra en su dilatada trayectoria histórica. La Opinión de Cabra, que a lo largo de todo el siglo XX reflejó y recogió la historia y los avatares del Santuario y de nuestra Patrona, siendo el periódico de la Virgen de la Sierra, quiere recoger hoy también, los acontecimientos que van marcando los días en el devenir de la devoción a la Reina de la Montaña.
Por eso, con el recuerdo también de aquel gran hermano mayor del siglo XX, Manuel Mora y Aguilar, creo que merecidamente hay que decirles a todos ellos: ¡Gracias, gracias, gracias!.
¡Viva la Virgen de la Sierra!
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