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En el altiplano, Baza
10.12.13 - Escrito por: Araceli Granados Sancho
Resulta atrevido ir a determinados sitios estas fechas, si no es para esquiar, deporte este en el que nunca confié por estar rodeado de nieve. Baza no parece ser opción para el puente de diciembre para casi nadie, tal como pudimos comprobar, pero siempre hay algún espécimen raro que camina en dirección contraria.
Hasta cinco grados bajo cero marcaba el coche la mañana de llegada, en las mesetas de los altiplanos que rodean a la inmensa hoya, en donde no se estaba mucho mejor, quizá por un fenómeno de inversión térmica, tal como ocurre en las huertas bajas de Cabra, que pudieran llamarse bajas y frías.
No es necesario que vayas muy temprano si te gusta dormir, porque los establecimientos turísticos abren solo de once a dos: quizá la crisis ha hecho mella en la disponibilidad para el turista. Pero si eres madrugador, en esta fecha tendrás que buscar sitio donde refugiarte a tomar algo para entrar en calor, hasta que el sol se posicione en un ángulo no tan oblicuo y empiece a entrar en los callejones.
Baza es un lugar de turismo natural muy interesante por sí mismo y por la proximidad de la Sierra de Cazorla, Segura y las Villas. Como habitualmente yo no practico ni sé informar de ese tipo de turismo, vayamos con lo cultural (lo gastronómico, en estos tiempos de crisis, también queda fuera: mis disculpas).
Hay tres visitas principales. Antes de que empiecen a cobrar por entrar, debes aprovechar sus baños árabes. Aunque reformados, son espectaculares en su contexto. Lástima que esta cosa de lavarse mientras se habla la hayamos perdido. Habría quien disfrutaría mucho. Como ciudad de pasado musulmán, tiene reminiscencias importantes en alguna de sus iglesias, como en Santiago, donde hay un artesonado mudéjar que, en la cabecera de la iglesia, alcanza tal perfección que compensa su restante desnudez.
La iglesia mayor proporciona estampa de solemnidad a la plaza donde se encuentra, y donde se adivina, hoy en día como antaño, el centro de reunión. Aunque también esta iglesia está desnuda por la atrocidad de la guerra civil, el propio edificio, dotado de girola, es obra no necesitada de altares, aunque los señores de un tiempo se eternizaron allí con una capilla renacentista de bonita factura. Las portadas renacentistas que miran a la plaza son de gran valor artístico, según mi limitado entender.
Lo último y no menos singular es el museo arqueológico (como el de Cabra o el de cualquier otro pueblo en sus piezas), aunque el propio edificio, Ayuntamiento en otro tiempo, tiene una sala capitular con una bonita cubierta mudéjar de madera. Posee, sin embargo, la singularidad de contar con la reproducción de la dama de Baza, que situó en el mapa a esta tierra que sigue siendo tan pobre. La Junta ha hecho un centro de interpretación de la tumba en las afueras del pueblo (CIYA), probablemente para acallar el orgullo herido de un pueblo que esperaba salvación económica del afortunado descubrimiento. También hay otra pieza original en el museo, de importancia por su rareza en el panorama museístico, que es el busto de un guerrero ibérico, urna funeraria también, como la bonita dama.
Si bien los bastetanos no cuentan con esta elegante dama del pichón para atraernos, demuestran, como tantos de nosotros, no saber aprovechar lo que sí poseen, porque, como he dicho arriba, los horarios turísticos son estrechos, no proporcionan al turista ni un triste mapa donde los monumentos y los atractivos culturales estén bien señalados y sean claros, y las iglesias sólo son allí, como ahí donde usted vive, lugares de culto, y nada más. Y si el día en que pasaras por Baza no agudizaras tu instinto investigador, o no te animaras a preguntar a los bastetanos ? siempre exageradamente amables? bien pudieras volver con una impresión funesta por no haber podido ver a fondo lo que bien merece la pena.
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