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Elvira y otras cosas
01.02.14 - Escrito por: Rafael Valentín Villar-Moreno
 Antes de un mes de la renuncia como concejal de Manolo Carnerero, este ha subido a los laicos altares de la política. Sus amigos lo extrañan, y sus oponentes lo añoran.
¡Casi nada!, le ha caído al equipo de gobierno en general, y al alcalde en particular, con su sustituta Elvira. Que habla con fe, soltura y sin pelos en la lengua. No, no va ser una oponente cómoda para el equipo gobernante. Lo que queda de legislatura promete ser de todo menos aburrida. Yo sabía de su demostrada habilidad para sacar de punto al portavoz de la pata consorte de este equipo, bueno yo, y cualquiera que haya seguido aunque sea de manera somera los plenos. Lo que ignoraba era que el mismo o parecido efecto lo lograra sobre el alcalde, y esto sin que la señora Asencio tuviera ni que despeinarse. No he visto a don Fernando nunca ni tan tocado, ni tan inseguro, en sus aburridas y prepotentes "homilías" de contestación.
El tema era ciertamente incómodo: el aborto. Elvira presentó una moción seguramente improcedente en un ayuntamiento. Pero no más improcedente que otras mociones que por recomendaciones argumentarias, se han presentado desde todos los grupos durante esta o cualquier otra legislatura.
Merece la pena destacar la lamentable intervención que sobre este tema tuvo el portavoz andalucista, haciendo alarde de una defensa confesional, en el tema de la oposición de su grupo al aborto. Planteándolo -desafiantemente- desde posiciones morales y religiosas, que hasta puedo compartir, pero improcedentes en un foro donde las cuestiones se deben debatir desde puntos de vista políticos. Más que nada por respetar -sin condenar- la libertad de conciencia de los ciudadanos que puedan opinar lo contrario. Y a mayor abundamiento siendo la doctrina de su partido la siguiente: "...el respeto a las libertades individuales, bajo el principio del bien común, a la orientación sexual y a la libertad de culto sin interferencia en lo público...". Creo que el alcalde le debió sacar la tarjeta cuando se ufanó de su postura confesional. Las cuestiones religiosas son opciones personales. Muy respetables, pero personales.
No entro demasiado en el tema del "Instituto Murciano", por considerar que ha sido ampliamente comentado y debatido en las redes sociales. La cosa como la presentaron parece muy buena, lo que pasa es que son tantas las bicocas que en tantos sitios han salido peor que mal, que merece la pena ser y hasta pasarse de prudente. Pongamos como referencia a Puerto Real.
La explicación de la "Jornada de la Delincuencia", creo que fue mal planteada por el alcalde y su equipo, pero no sólo en el Pleno, sino desde un principio. A mi juicio el primer error fue que a la hora en que los robos e intentos, eran la comidilla del pueblo, no hicieran una nota oficial diciendo lo que había pasado y lo que se conocía exactamente. La excusa de hacer la nota cuando la investigación haya avanzado, me parece de parvulario.
Que le digas a la gente "hasta este momento esto es lo que hay", no perjudica para nada la investigación y si que frena la rumorología. Don Fernando, que los egabrenses no somos tontos, ni retrasados a los que haya que andar "protegiendo de la verdad". Es más tenemos derecho a la verdad.
Y ya que no se actuó en el primer momento de la forma más acertada, no cometa un segundo error de bulto: Debió ser usted quien informara al Pleno de lo sucedido y de las posibles novedades que posteriormente se hubieran podido producir. De no ser por una pregunta, concretamente del señor Caballero en el apartado correspondiente, por su parte el tema ni se hubiera mencionado.
Aquí si me lo permite estuvo muy legal, pero a mi parecer poco ético. Prevaliéndose de los privilegios de uso de la palabra que la Ley le otorga, lanzó una tremenda diatriba al señor Caballero. Donde dijo muchísimas cosas, (que evidentemente llevaba preparadas). Pero se le olvidó una fundamental: la gestión del señor Caballero fue sancionada políticamente en su día por el pueblo de Cabra. A partir de aquí y salvo que tenga pruebas o fundamentos que extienda la responsabilidad del señor Caballero al terreno de lo penal, es como mínimo poco elegante el "ábrete boca y di lo que quieras", sobre todo desde la impunidad de quien sabe que su adversario está "mudo por Ley".
Antonio José Fernández, acompañando una "fotografía testigo", publicó ayer en Facebook su extrañeza por la visita "clandestina" de la Consejera d Salud de la Junta de Andalucía. Si la señora consejera hubiera venido al hospital esto no me extrañaría nada, ya que el pasado día 9 de enero en contestación a alguien que me acusaba de "no colaborar" publiqué en la red lo siguiente: "Colaborando con el gobierno local, propongo que se declare a la zona del Hospital como Paraje Nacional de Fenómenos Paranormales. OVNI que aterrizan, enfermos cardíacos que desaparecen de las puertas del Hospital sin presuntamente ser atendidos, disparos en simulación diferida en la calle Juanita la Larga... y más cosas que seguramente otras personas sabrán. A esto podríamos añadirle esta visita de la consejera... Pero... -siempre hay un pero- es que no se si la señora consejera estuvo en el hospital, ya que la noticia gráfica que La Opinión aporta la sitúa en la Plaza de España. Si por ventura estuvo en Infanta Margarita, mi querido redactor, creo que no debes buscarle más explicaciones al hecho, decididamente la visita fue paranormal. Si no estuvo allí siempre nos queda el recurso de consultar con Iker Jiménez, por si pudiera aportar alguna explicación al hecho.
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