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En el transcurso del acto, se desarrolló una mesa redonda moderada por José Mª Tron, y en la que participaron Mateo Olaya, Felipe Osuna, Paco Casas y Antº Ramón Jiménez.
El cartel conmemorativo editado por La Opinión de Cabra, reproduce una fotografía original de 1911, cedida por d. Juan Moral Moral, que recoge el desfile del Jueves Santo de ese año, donde aparece en primer plano la primera cuadrilla de capuchones que participó, por iniciativa de la Archicofradía del Preso, en nuestra Semana Santa.
Tras la introducción del tema por parte de José Mª Tron Moreno, tomó la palabra el pregonero de la Semana Santa 2011, Mateo Olaya Marín, quién realizó una semblanza de la importancia de los capuchones en la Semana Santa y de la “cultura y culto de la túnica” como definió a todo lo que rodea a la figura de los hermanos de capuchón que participan en las estaciones de penitencia. También destacó la pronta incorporación de elementos nuevos en la Semana Santa sevillana a la de Cabra, en los primeros años del siglo XX, cuando se empezó a conformar un nuevo concepto y modelo de la Semana Santa, con aportaciones en el campo musical, estético, formal, etc. que hoy consideramos como clásicos y que fueron totalmente innovadores en aquel momento.
Seguidamente nuestro co-director, Ant. Ramón Jiménez Montes, realizó una aproximación histórica a la presencia de los capuchones en las cofradías de Cabra, su desaparición en el siglo XIX y la posterior recuperación y consolidación a partir de los primeros años del siglo XX, sobre los modelos sevillanos nacidos de las innovaciones introducidas por personajes como Juan M. Rodríguez Ojeda en la Semana Santa andaluza. De esa forma se pasó de una semana santa antigua en las formas y con unas connotaciones específicas a una semana santa moderna, evolucionada que revolucionó la estética de nuestras cofradías egabrenses. También ofreció un recorrido por la repercusión que en la prensa de la época tuvo esta novedad, con una reseña de La Voz del Pueblo de abril de 1911, y progresivas crónicas en La Opinión a partir de marzo de 1912, impulsada por personas como Manuel Mora y Aguilar, protagonista también de la incorporación de los capuchones en la Semana Santa de nuestra ciudad.
El hermano mayor de la Archicofradía de Ntro. P. Jesús de la Humildad y Prisión, Felipe Osuna Manjón-Cabezas, reprodujo el contenido del acta que se conserva en la cofradía de fecha 19 de marzo de 1911, donde se aprueba el cambio de túnica, incorporando los primeros “capuchones” cónicos, el diseño, color y escudo en el cortejo de los hermanos del Preso, primera cofradía que iniciaba ese año la presencia de capuchones en las procesiones de Semana Santa de Cabra y que luego fue seguida por otras cofradías.
Finalmente, el hermano mayor de la Cofradía de Ntra. Sra. de las Angustias, Francisco Casas Marín, realizó un interesante recorrido por la progresiva introducción de los “hermanos del capuchón” en el resto de cofradías, destacando la presencia de una serie de cofrades que fueron capaces de innovar en apenas unos años y transformar la estética cofrade. Alusiones a la participación de Antonio Albornoz Zejalbo, la Vizcondesa de Termens, los componentes del Preso o de las Angustias, entre otros. Así como los modelos de túnicas que fueron evolucionando a lo largo del siglo XX, hasta que se conformaron los colores que identifican a cada cofradía y la importancia de la túnica del capuchón, como elemento que, a pesar de usarse sólo una vez al año, se convierte en un traje tan apreciado por los hermanos de las cofradías.
Una amena e interesante tertulia, ilustrada con una colección de fotografías procedentes de los archivos particulares de Juan Moral, Francisco Casas, Adolfo Molina, Antonio Ramón Jiménez o los públicos de La Opinión, la Biblioteca Juan Soca o el Archivo Municipal, junto a las de la propia Archicofradía del Preso, fue seguida por un buen número de personas que se dieron cita en la casa hermandad para asistir a este acto conmemorativo, que concluía el moderador, José María Tron, con una defensa de la importancia del capuchón como “hermano de luz” de los cortejos procesionales y de la oportunidad de conmemorar esta efeméride, para llegar a la actualidad de los capuchones en nuestras cofradías.
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