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Pletroarmonía realizó un recorrido por parte del legado musical del maestro don José Rodríguez López (1913-1995), estando muchas de las piezas arregladas para plectro por José Fernández Álvarez y Antonio Moral Jurado, algunas de las cuales, por cuestiones de espacio de tiempo, no fueron interpretadas en su totalidad, oyéndose solamente fragmentos seleccionados de sus compases más representativos.
Se inició el recorrido con varios pasodobles, el ritmo más genuino y representativo de la música española: "El padre Miguel", dedicado al sacerdote don Miguel Vacas (1931-1990), con el que el maestro Rodríguez quiso unirse a su nombramiento como Hijo Adoptivo de Cabra por su labor humana desarrollada en la ciudad; "Paco González" (Francisco González Prieto, privilegiado amigo del maestro, colaborador y persona entrañable a la que le profesó un gran afecto), un pasodoble que deja traslucir ese cariño personal, desinteresado, nacido y fortalecido con el trato.
Buen acomodo encontró el pasodoble en el mundo de los toros. Dos marcas, genuinamente española difíciles de borrar, aunque la frase de Federico García Lorca: "Los toros es la fiesta más culta que hay en el mundo" tiene hoy para algunos una difícil interpretación. Se oyó en el concierto el que el maestro dedicó al diestro cordobés Fernando Tortosa, que pisó el ruedo de la plaza de toros de Cabra en más de una ocasión. El torero, que no quiso perderse este homenaje, tuvo que saludar (sin montera en mano) al final de la interpretación del pasodoble que lleva su nombre. También oímos "Solera Oro", inspirado en una letra de Juan Soca ("Mujeres de Cabra / si yo os pudiera fundir / en vino "Solera Oro" / yo os haría reproducir") y que servía para publicitar el vino del pago del Becerril de las bodegas Lama. Un maridaje perfecto para expresar la frase castiza: "viva el vino y las mujeres", pasodoble que está dedicado a la señorita Maruja Leña Casas.
La habanera y el tango se fusionaron, aunque con separación de ritmos, en la composición del maestro Rodríguez titulada precisamente "Habanera tango", transportándonos los sonidos de Plectroarmonía a Cuba y a los arrabales de Río de la Plata. El contexto de la siguiente interpretación del Grupo de cuerda nos quedaba más cerca: una tarde de toros, sin lugar a dudas en el entorno del coso taurino egabrense. "Mírame cara a cara", estrenada por la cancionetista Gloria Romero, conocida cantante en el mundo del flamenco; una bulería (con letra de Juan Soca) más para el lucimiento del solista que para lo bullicioso y festero del palo.
Si el vals es un elegante baile musical, el maestro Rodríguez supo poner toda su delicadeza en la composición "Flor del Jardinito", un vals que forma parte de las secuencias musicales de la serie "Los Libros" de TVE en su capítulo dedicado a "Doña Luz", la heroína de la obra de don Juan Valera. La partitura tiene una dedicatoria en su portada: "A mi distinguida alumna Srta. Cristina Godoy Pallarés", hoy señora, que no quiso perderse el Concierto Homenaje al maestro Rodríguez y que se vio obligada a saludar después de la interpretación de esta brillante composición.
Plectroarmonía nos ofrecía a continuación algunas piezas musicales en las que se reflejaban la devoción, admiración y fervor por la patrona de Cabra, la Virgen de la Sierra, del compositor egabrense. Sonaron algunos acordes de la canción "La casita blanca", inspirada en una letra del sacerdote lucentino-egabrense Pedro Pedrosa; la diana "Carmeli", concebida a partir de motivos populares en la que el arte marcial se diluye con canciones de juego de corro, evocadoras de la infancia y el "Himno a la Bandera de la Virgen", inspirado en una letra de Juan Soca.
No ha faltado en la creación artística del maestro Rodríguez las piezas musicales alusivas al nacimiento de Cristo. Se oyeron algunos acordes de "Luz Divina", un villancico que dedicó a sus sobrinos Loles y Damián. Unos versos de este villancico "por todos los humanos / él viene a padecer", nos trasladaron a la parte más dramática del concierto: "¡No llores madre!", una hermosa plegaría convertida en conmovedora oración, dedicada a la Real Archicofradía de Ntra. Sra. de la Soledad y que fue cantada por Cecilia de los Ángeles Fernández Espinar, que hizo levantar al público. Después vendría el "Stabat Mater", a la que el maestro Rodríguez compone una partitura a dos voces con la participación activa de su entrañable amigo Paco González.
El Concierto Homenaje finalizaría con dos marchas procesionales: "Martirio", de tono elegiaco, en la que domina el sentimiento profundo de dolor por la muerte de un ser querido (su hermano Vicente), de la que oímos un fragmento, y "Virgen de Piedra", compuesta en 1963 y que celebramos el 50 aniversario de su creación. Marcha dedicada a Ntra. Sra. de las Angustias, una imagen de la Virgen sentada al pie de la cruz vacía, sobre una piedra (de ahí el sobrenombre por el que se conoce). Imagen que se santea en Lucena vinculada a la familia de Antonio Villa Álvarez de Sotomayor, músico y gran amigo del maestro Rodríguez. Fue introducida por un soneto de Francisco López Salamanca.
Al final del acto, que tuve el privilegio de presentar, tomó la palabra, en nombre de Plectroarmonía, José Fernández Álvarez, agradeciendo la asistencia e invitando a familiares y personas vinculadas directamente con el legado musical del maestro Rodríguez a recoger, desde el escenario, un recuerdo del Concierto Homenaje y el aplauso del público, compartiéndolo con el que recibía los músicos del Grupo de cuerda Plectroarmonía.
El maestro Rodríguez, don José Rodríguez López, dejó un legado musical que los jóvenes intérpretes deben atesorar, conservándolo y difundiéndolo.
Fueron los componentes del Grupo de Cuerda Plectroarmonía: Antonio Benítez (violonchelo); Florentino Bonilla, M.ª Ángeles Espinar, Juan Domingo López y Carlos Pérez (guitarras); José Fernández y José L. Fernández (bandurrias); Cecilia de los Ángeles Fernández (laúd y voz); Alejandro Padillo (bandurria y laúd) y José Pérez (guitarra baja).
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