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Carmona
03.04.13 - Escrito por: Araceli Granados Sancho
 Me da un poco de reparo escribir sobre el turismo y la Semana Santa de otro sitio. Reconozco y hago mía eso que dice mi familia: "¿Para qué ir a otro sitio si la Semana Santa de Cabra es muy bonita?"
Y sin duda es bella y emocionante la fiesta en nuestra ciudad. Es algo repetido, pero que se debe decir de nuevo. La valoración positiva subyace, a pesar de los problemas presentes, aunque no te mueva sentimiento religioso. Yo diría, que mucho bueno deben hacer los cofrades para que luzca así. Tienen que vivir ustedes en estos pueblos del Levante, para echar de menos la Semana Santa andaluza, que no todo son los Salzillos en este lugar. Este año, yo solo disfruté de las que procesionaron el Domingo de Ramos y de mi querida Soledad, que nos arrastra a tantos ese día. Es como si todos estuviéramos un poco como ella, con esa pena...
Pero la Semana Santa es buena fecha para hacer turismo religioso, porque encuentras las iglesias y conventos abiertos, situación esta tan reclamada por mí en esta tribuna. No resisto a hablaros de Carmona que muchos conoceréis por su proximidad.
Lo primero que diré es algo que detecto mucho cuando viajo a otros sitios, pero que aquí en Carmona es algo a notar: la educación de la gente mayor. Cuando vas por la calle o entras en los bares, se dirigen a ti sin conocerte, diciéndote un "¡que aproveche!"¿Qué fue de esto en otros sitios?
El patrimonio de este pueblo es inmenso, y poseen cosas únicas como una necrópolis romana de importancia por su tamaño. Pero lo mejor, para mí, son las iglesias, hasta el punto de que el barroco es tan potente, que uno piensa: "¡Dios mío! ¡Cabra no tiene iglesias!" Las comparaciones son odiosas por esto.
No sé cuántos conventos pudieron tener en la época de inflación religiosa. Ahora, en época de deflación, con las peculiares monjas keniatas vendiéndote los dulces, poseen cuatro, y tienen un sabor a esplendor pasado, pero esplendor, que es un baño en otra época.
Santa Maria, la iglesia catedral, está muy bien cuidada y tiene sorpresa, como los cromos. A la derecha del altar hay un Sagrario sorprendente por la yesería.
Como dice el folleto turístico, su Semana Santa es vistosa por el pueblo en sí, tan blanco, tan empedrado, con sus faroles... Hay pocas cofradías, pero muy ricas, según se observa.
Pero no todo es positivo, también allí hacen cosas mal. Primero, alojarse es muy caro.
Esto debe ser una epidemia porque un familiar mío, casado recientemente, nos dice que era más barato ir al Caribe que un viajito por España; y otros amigos del norte, que van a ir Córdoba capital dentro de una semana, cuentan que los precios de la acomodación, como dicen los ingleses, han subido recientemente. Yo no sé de quién será la culpa, si de los impuestos, si del empresario que quiere ganar mucho..., pero sí que es una vergüenza y un desvarío, y por supuesto nada bueno para el común de los ciudadanos.
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