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"El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha" de Miguel de Cervantes Saavedra, edición de lujo de Montaner y Simón (Barcelona, 1880;1883)
20.11.16 - Escrito por: Biblioteca histórica Aguilar y Eslava
 La edición del Quijote que traemos como Libro de la Semana es una de las más lujosas del siglo XIX. Emocionante resulta el pasar las hojas en excelente papel y mejor impresión, cuyos dos volúmenes (primera y segunda parte), de 38,00 x 29,00 cm., se adornan con 44 cromolitografías a toda página firmadas por Ricardo Balaca y Luis Pellicer y 252 cabeceras y remates xilográficos, grabados por maestros como J. Gómez, Smeeton, Tilly, Sadurní y Martí.
La empresa editorial Montaner y Simón, fundada en Barcelona en 1861 por Ramón de Montaner y Vila y Francisco Simón y Fuente, se dedicó especialmente a publicar en castellano obras monumentales y de bibliófilo. Llegó a ser una de las más importantes de España, sobre todo durante la segunda mitad del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX. A lo largo de sus 120 años de existencia elabora un extenso catálogo de publicaciones de mucha calidad y con un gran alcance de distribución. Fue responsable del Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano de Literatura, Ciencias y Artes, la auténtica primera enciclopedia española "moderna", profusamente ilustrada con miles de pequeños grabados intercalados en el texto y que reproducen diferentes especies de los reinos animal, vegetal y mineral; los instrumentos y aparatos aplicados recientemente a las ciencias, agricultura, artes e industrias; planos de ciudades; mapas geográficos; monedas y medallas de todos los tiempos, etc., etc. Consta de 29 volúmenes, de gran formato, siendo muchos los colaboradores que participaron. Entre las autoridades de la lengua española figura don Juan Valera (Estética). Los tomos de esta magnífica colección forman parte del patrimonio bibliográfico de la Biblioteca Histórica Aguilar y Eslava. En una próxima entrega deberíamos ocuparnos de este Diccionario Enciclopédico.
Ricardo Balaca (Lisboa, 1844; Aravaca, Madrid, 1880), no pudo ver terminado su trabajo en la ilustración del Quijote, puesto que le vino la muerte cuando tenía finalizadas la mitad de las estampas. El retrato de Cervantes que aparece al inicio de la edición es realizado por B. Maura, uno de los maestros grabadores más importantes del momento. Balaca era hijo del también pintor José Balaca y Carrión que en el momento del nacimiento de Ricardo estaba instalado transitoriamente en Lisboa tras haberse exiliado de España por motivos políticos. Su formación artística se inicia en el taller familiar, completándola en la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid, siendo discípulo de Federico Madrazo. Desde muy joven destacó por sus capacidades para el arte y en 1858, con solo 13 años, participó por primera vez en la Exposición Nacional de Bellas Artes (España), obteniendo mención honorífica. Practicó el dibujo, la ilustración gráfica, el retrato y sobre todo la representación de escenas de batallas, género típico del siglo XVIII que alcanzó un nuevo auge con el romanticismo en el XIX.
En la biografía del otro ilustrador, José Luis Pellicer (Barcelona, 1842;1901), pintor y dibujante, marcan que su formación artística se inició con su ingreso en
el taller del gran pintor catalán Ramón Martí Alsina, famoso por su variada producción que incluía desde paisajes de su tierra hasta temas históricos o exóticos. Precisamente sería esta última parte de la producción de Martí Alsina la que ejerció mayor influencia en Pellicer, puesto que se le clasificó como pintor entre los orientalistas, grupo de herederos de Eugene Delacroix, que combinaron una técnica de ejecución rápida, un intenso cromatismo y un gusto por los temas de inspiración oriental.
Pellicer compaginó su labor de pintor con su importante producción gráfica, especialmente destinada a la publicación en prensa. Trabajó como director artístico de la editorial Montaner y Simón, para la cual ilustró diversas obras, como La leyenda del Cid de José Zorrilla y El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha de Cervantes (nuestro Libro de la Semana), así como la colección Biblioteca Universal o los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós. Miembro de la Academia de Bellas Artes, desempeñó al final de su vida diversos e importantes cargos directivos en instituciones, que tuvieron especial importancia en la vida artística de la Barcelona de fin del siglo XIX.
Antes de adentrarnos "en un lugar de la Mancha" nos topamos con una interesante Vida de Cervantes, cuya autoría se debe a la pluma de Don Nicolás Díaz de Benjumea. Dice que Cervantes parece haber comprendido la raza a la que pertenecía, señalando que sus biógrafos encuentran en sus producciones datos bastantes para dar una idea de su vida y de su carácter, "pero no hay en ellas indicio alguno relativo al pueblo que le vio nacer". Testimonio de esto, indica, "nos da en pasajes referentes a personajes en que se ven reflejos del autor", argumentado que todos recordarán cómo finaliza la historia de Quijano el Bueno, diciendo: "Este fin tuvo el ingenioso hidalgo de la Mancha, cuyo lugar no quiso poner Cide Hamete puntualmente, por dejar que todas las villas y lugares de la Mancha contendiesen entre sí por ahijársele y tenerle por suyo, como contendieron las siete ciudades de Grecia por Homero".
Por nacido hay que darle a Cervantes en la famosa ciudad de Henares, escribe Díaz de Benjumea, "en cuya Iglesia magistral de los Santos Justo y Pastor fue bautizado a los nueve días del mes de octubre de 1547 con el nombre de Miguel, tan famoso luego en todo el orbe". Con respecto al periodo que media entre 1547 y 1568, y "como hay que llenar una gran laguna" de la que nada se sabe de nuestro inmortal genio literario, razona que: "no es extraño que los biógrafos procuren llenarla con conjeturas y suposiciones de hechos consonantes con el carácter del personaje", prosiguiendo que "es probable que si mañana se descubriese alguna memoria o documento relativo a estos veinte años de que ninguna noticia tenemos, se hallaría que el instinto y la lógica no habrían dado lejos del blanco".
Finaliza el recorrido vital del autor del Ingenioso Hidalgo con el lamento de muchos biógrafos y escritores de que su funeral fuese pobre y oscuro "y que ninguna lápida o inscripción haya conservado la memoria del lugar en que yace; mas como quiera que estos honores se han repartido siempre con suma desigualdad y las verdaderas exequias y honras de los hombres de valor se tributan por la posteridad y acrecen con el transcurso del tiempo, no hay para qué lamentar semejante ausencia de testimonios". Entre las palabras de su ensayo está el que "dejemos en paz su cuerpo y gloriémonos con poseer su espíritu cada día más vivo, más glorioso, más triunfante, guiándonos con su ejemplo a esperar la luz tras las tinieblas en medio de las batallas contra el mal, el vicio y los errores".
Las últimas páginas de los dos volúmenes son dedicadas a numerosas notas de Nicolás Díaz Benjumea. El tomo primero se ha editado en 1880 y el segundo en 1883, figurando distintos domicilios en la editorial: Calle Casanova número 8 y calle de Aragón números 309 y 311, respectivamente.
No hacemos ninguna sinopsis de la obra de Cervantes, sino que aconsejamos su lectura o relectura para apreciar el contraste entre el idealismo y el realismo personificados en Don Quijote y Sancho. Ese idealismo heroico, sublime, fantástico, flaco y maltrecho. La fuerza de la verdad del caballero andante está en su alma, en su alma castellana y humana, y la verdad de su figura en que refleja esta tal alma. Es el héroe consumido de tristeza porque su sueño choca con la realidad.
En la segundad parte del Quijote queda inmortalizada la sima de Cabra. Cervantes (narrador) pone en boca del Caballero del Bosque una de las peticiones de su amada Casildea de Vandalia: "Otra vez me mandó que me precipitase y sumiese en la sima de Cabra, peligro inaudito y temeroso y que le trujese particular relación de lo que en aquella escura profundidad se encierra"). Este caballero no es otro que el bachiller Sansón Carrasco disfrazado de caballero andante y dispuesto a convencer al de la Triste Figura que abandone sus ideales y vuelva a su aldea, en una treta perpetrada con el cura y el barbero en la que colabora Tomé Cecial, vecino de Sancho Panza.
Al final de la inmortal novela el bachiller Sansón Carrasco deja el siguiente epitafio para la sepultura de Alonso Quijano el Bueno, llamado comúnmente don Quijote de la Mancha:
Yace aquí el hidalgo fuerte / que a tanto extremo llegó / de valiente, que se advierte / que la muerte no triunfó / de su vida con su muerte. / Tuvo a todo el mundo en poco, / fue el espantajo y el coco / del mundo, en tal coyuntura, / que acreditó su ventura / morir cuerdo y vivir loco.
BIBLIOTECA HISTÓRICA AGUILAR Y ESLAVA
Libro de la Semana:
Cervantes Saavedra, Miguel de (1547-1616)
[Don Quijote de la Mancha]
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha / compuesto por Miguel de Cervantes Saavedra ; edición anotada por Nicolás Díaz de Benjumea ; e ilustrada por Ricardo Balaca.-- Barcelona : Montaner y Simón, 1880;1883.
Vol. I. (LXXII, 566, [24] h. de lám) -- Vol II. (651 p., [21] h. de lám.)
38,00 x 29,00 cm
Portada con escudo de la primera edición de 1605.
El t. II. ilustrado por Ricardo Balaca y J. Luis Pellicer.
Enc. de lujo, tapa dura.
Otros responsables:
Díaz de Benjumea, Nicolás (1829;1884), anot.
Balaca, Ricardo (1844;1880), il.
Pellicer, J. Luis, il.
Lugar: España -- Barcelona
Sig. Top.: 0019 (Tomo I), 0020 (Tomo II)
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