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Romería Nacional de Gitanos al Santuario de la Virgen de la Sierra de CABRA
17.06.09 - Escrito por: A.R.J.M. / F.O.M.C. / Adolfo Molina
 El próximo 21 de junio, coincidiendo con la 41º edición de la Romería Nacional de la Virgen de la Sierra, tendrá lugar el homenaje que hace el Instituto de Cultura Gitana a Cabra (Córdoba), primera ciudad que recibirá esta distinción. Cabra ha acogido durante más de cuatro décadas a payos y gitanos, mostrando su hermanamiento y reflejando la histórica imbricación de la cultura andaluza y la gitana. La Romería Nacional de Gitanos de la Virgen de la Sierra fue definida hace muchos años como la 'Romería de la Hermandad' por José Córdoba, "un gitano ejemplar" a quien igualmente se rendirá homenaje en este acto, al que asistirán la Alcaldesa de Cabra, Mª Dolores Villatoro; la presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso, Carmen Calvo; el director del Instituto de Cultura Gitana, Diego Fernández y el Arzobispo Coadjutor de Sevilla y administrador apostólico de Córdoba, Juan José Asenjo.
La Romería de Gitanos al Santuario de Ntra. Sra. de la Sierra, patrona de Cabra, se inició en el año 1969. En este año, 2009, se cumplen por tanto cuarenta desde su primera edición, aunque por la razón que sea, el cartel editado contiene el número cuarenta y uno.
Fue idea del Patriarca Gitano José Córdoba que había estado en la Peregrinación Internacional de Gitanos a Roma en 1967. Será en 1970 cuando la Romería adquiere carácter nacional, siendo ese año pregonero Juan de Dios Ramírez Heredia que llega desde Barcelona para pronunciar el primer pregón, al que siguió una fiesta flamenca. A lo largo se su historia han sido pregoneros Amós Rodríguez Rey, Francisco Montero Galvache, Pedro Puente, Antonio Silva, el poeta granadino Manuel Benítez Carrasco, Juan Muñoz o Jesús Vasallo, entre otros. Los pregones han sido seguidos de una fiesta flamenca en la que han participado destacados artistas gitanos como Antonio Mairena, El Lebrijano, El Pele, Enrique Montoya, Fernanda y Bernarda, La Tolea, El Farruco, Lole y Manuel, Familia Montoya, La Paquera, Juanito Villar, Camarón, La Susi, Beni de Cádiz o Juana la del Revuelo.
A la Romería han acudido gitanos de toda España e incluso de otros puntos de Europa, siendo en muchas ocasiones lugar de encuentro y reunión de asociaciones y colectivos gitanos que han intercambiado experiencias sobre la cultura y la pastoral gitana, siempre presentes en la Romería.
Además del pregón y la fiesta flamenca, que solía celebrarse en la víspera de la Romería, la celebración principal tiene lugar en el Santuario de la Virgen de la Sierra (Majarí Kalí) en el segundo o tercer domingo de junio de cada año. La misa es el acto central, en la que participan romeros, payos y gitanos, entonándose la Misa Gitana que se estrenó en 1970 por la familia Córdoba y que fue cantada también en Roma, ante Pablo VI, en Fátima y en otros santuarios de toda España.
Terminada la misa, la venerada y milagrosa imagen de Nrta. Sra. de la Sierra, sale procesionalmente alrededor del Santuario, rodeada de gitanos que no paran de cantar y bailar en su honor, aclamándola y vitoreándola con vivas, lanzando “pelaíllas” y entonando el canto de la “alboreá”, tradicional de las bodas gitanas y que exalta la virginidad de la mujer. Los olés, las palmas, las guitarras no cesan y de alegría los gitanos se rompen la camisa. Tras la procesión, la Virgen vuelve a la iglesia del Santuario. En los alrededores del Picacho de la Sierra de Cabra, lugar privilegiado de la naturaleza en el Parque Natural de las Sierras Subbéticas Cordobesas, continúa la fiesta y se comparte la comida en fraterna convivencia. La celebración termina con el Rezo del Santo Rosario que sirve como despedida de los peregrinos que vuelven a sus lugares de origen.
A lo largo de estos cuarenta y un años, la Romería Gitana de Cabra, ha contado con épocas de gran esplendor, alcanzando la declaración de fiesta de Interés Turístico Nacional de Andalucía. Son muchas las reseñas que pueden encontrarse en la prensa, revistas, radio y televisión sobre la celebración de una Romería que ha sido multitudinaria en numerosas ocasiones y que ha contado con la presencia de varios obispos que han celebrado la Santa Misa ante Ntra. Sra. de la Sierra y que han destacado valores del pueblo gitano.
Entre los obispos de la diócesis de Córdoba, han asistido Monseñor Cirarda y Monseñor Martínez, en dos ocasiones; Monseñor Infantes Florido y este año lo hará el Arzobispo Coadjutor de Sevilla y administrador apostólico de Córdoba, Monseñor Asenjo. También otros obispos como Monseñor Casares Hervas o Monseñor Bellido Caro, que además de ser el primer Obispo de Jerez de la Frontera, fue responsable de la Pastoral Gitana y vino en cuatro ocasiones. El párroco de la Asunción de Priego de Córdoba, P. Pedro Crespo ha participado en casi todas las Romerías, junto al recordado Capellán del Santuario, P. Diego Villarejo o a los sacerdotes egabrenses José Burgos, Gregorio Molina, Manuel Osuna, Miguel Vacas o José Pérez Marín, así como responsables de pastoral gitana de la Diócesis de Córdoba y de otras diócesis españolas.
Como escribía en 1993 Francisco Correal en Diario 16: “Nada que ver con las romerías al uso. Una explosión de alegría sincera, familiar, un “totum revolutum” en el punto más alto de la serranía egabrense. Unas cinco mil personas, la mayoría de ellas de raza gitana, se dieron cita en las inmediaciones de Cabra para conmemorar las bodas de plata de esta romería.
A Majarí Kalí, nombre gitano de esta Virgen de promontorios, le rezan por bulerías. La piropean con toda su alma. La Patrona de los Gitanos sale en procesión (…) y todo estalla en una albórbola matutina, en un alboroto espléndido de mujeres que rién, lloran, se santiguan y comienzan a hacer añicos sus enaguas para exhibirlas en señal de sumisión. Lo propio hacen los hombres con sus camisas”.
Desde hace algunos años la Romería ha sufrido un declive en la participación de gitanos, principalmente el motivo es religioso, pues aunque muchos continúan sintiéndose católicos, la mayoría se ha incorporado masivamente a una iglesia protestante, la Iglesia Evangélica de Filadelfia, que entre otras normas prohíbe expresamente la veneración de imágenes.
Algunos estudios sobre el particular concluyen que “la vivencia de la religiosidad dentro de la Iglesia Evangélica de Filadelfia se encuentra totalmente acorde con las formas tradicionales gitanas, pudiéndose observar en todas y cada una de las celebraciones y normas del Culto rasgos comunes a esta cultura y debido a esta adecuación de la religión a la propia idiosincrasia es por lo que observamos un fuerte incremento de adeptos desde sus inicios” (Aris Lucas Samper).
Dicho en otras palabras, "en el Culto, la liturgia es del gitano; éste tiene sus cantos, sus oraciones, lenguaje; las formas de predicación son gitanas y, además, él puede participar. La predicación se hace accesible, amena, variada, se usa la Biblia, se dice algo, tiene contenido; por eso, el gitano no se aburre; es más, le interesa y lo vive". (“Los gitanos Aleluyas” en http://www.mercaba.org/FICHAS/Iglesias/los_gitanos_aleluyas.htm).
Algo que también está pasando en otras romerías gitanas como la de Fregenal de la Sierra, como puede verse en uno de los enlaces que relacionamos. No obstante, la devoción a la Virgen de la Sierra, cubre las posibles carencias de la presencia de gitanos y convoca a numerosos devotos que asisten a la procesión de la Patrona de Cabra por los alrededores del histórico Santuario, declarado a principios del siglo XX Sitio Natural de Interés Nacional y del que se tienen noticias desde, al menos, el siglo XIV.
No obstante desde la Pastoral Gitana de la Iglesia Católica se ha venido trabajando para mantener la pertenencia y vinculación de los gitanos, con diversos documentos, tanto a nivel internacional como de la Conferencia Episcopal Española y algunas diócesis que, en particular cuentan con una gran presencia gitana. La Pastoral Gitana plantea una serie de orientaciones y recomendaciones que se viven muy de cerca en algunas hermandades y cofradías, secretariados gitanos, Cáritas, parroquias y otras organizaciones católicas, donde algunos de ellos están plenamente integrados. La beatificación de Ceferino Giménez “El Pelé”, en el año 1997, primer gitano que llega a los altares, fue un momento decisivo en esta dedicación de la Iglesia Católica a favor del pueblo gitano.
También la devoción a la Virgen, la Majarí Kalí, es uno de los elementos fuertes en el pueblo gitano, que como en el caso de la Virgen de la Sierra de Cabra, convoca y reúne a los integrantes de este importante colectivo.
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